Dilemas desde la red social
Ricardo Salidas Pliego es una figura controvertida. Una etiqueta que incluye sus negocios y finanzas, así como el uso que da a sus redes sociales y muy especialmente Twitter. Las anomalías inician con una foto de perfil que lo muestra con los ojos encendidos en rojo como si estuviera a punto de lanzar rayos láser a través de ellos y se potencian con mensajes que deambulan entre lo picaresco, lo directo y lo ofensivo. Un tratamiento inusual para un empresario y para uno de los hombres más ricos del mundo, al grado que en más de una ocasión se ha debatido si es realmente él quien lleva su cuenta.
Tampoco oculta su forma de ser ni de pensar, lo que ha resultado en más de un debate. Como cuando compartía videos de sus fiestas en los puntos más críticos de la pandemia o presumió que tenía el dinero suficiente para llevar a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo al Mazatlán . A esto sumemos su desafortunado uso de adjetivos que incluye “metiche”, “jodido”, “chillón” y “pendejo”, siendo “malagradecida” uno de los más controvertidos y que fue dirigido a una exempleada de Movimiento Azteca que manifestó su descontento tras haber sido despedida en plena pandemia y tras 18 años de servicio.
Esta misma forma de expresarse le ha convertido en una figura muy importante en la red de los 280 caracteres, donde cuenta con cerca de 975 mil seguidores. No es una cifra impresionante en comparación con otras personas, lo que no evita que cada uno de sus tuits cuente con miles de reacciones: unas de apoyo y otras de desprecio. Aunque es imposible responder a todas, sí que intenta hacerlo lo más posible, destacando además que nunca huye a un enfrentamiento. De hecho, casi pareciera lo contrario: los busca e incluso los disfruta. También le ha puesto en la mira de Twitter que desde hace tiempo ha buscado formas de construir una red social más respetuosa y sin cabida para el abuso.
Esto con la implementación en septiembre 2021 de un modo de seguridad que bloquea de manera automática a los usuarios que envían manifestaciones de agresividad y odio hacia otras personas. La cuenta afectada queda inaccesible por siete días mientras se concreta el proceso de verificación. Una medida que surge tras varios años en que la plataforma busca cómo erradicar las hostilidades sin necesidad de reportes de usuarios afectados que en muchos casos no se dan.
No conforme con ello, la red también ha buscado el modo de terminar con la desinformación en torno al COVID-19. Así lo advierte en su centro de ayuda, donde explica que “el contenido que sea demostrablemente falso o engañoso y que pueda generar un riesgo significativo de daño (como una mayor exposición al virus o efectos adversos en los sistemas de salud pública) no se puede compartir en Twitter. Esto incluye compartir contenido que pueda inducir a error a las personas sobre la naturaleza del virus COVID-19; la eficacia y/o seguridad de las medidas preventivas, tratamientos u otras precauciones para mitigar o tratar la enfermedad; regulaciones oficiales, restricciones o exenciones relacionadas con avisos de salud; o la prevalencia del virus o el riesgo de infección o muerte asociado con COVID-19”. Actitudes que han sido perpetradas por el empresario en más de una ocasión.
Si bien Twitter no vaciló en suspender permanentemente la cuenta de Donald Trump por el riesgo de incitación a la violencia, sí que ha sido menos enérgica con usuarios como Ricardo Salinas Pliego. Puede que este último no tenga el peso del exmandatario estadounidense, pero la propiedad de Grupo Salinas que incluye canales financieros, mediáticos y de telecomunicaciones, aunado al hecho de ser el tercer hombre más rico de México sí que le convierte en un líder de opinión cuyo accionar no debe ser tomado a la ligera. Parece improbable que el controvertido personaje cambie su actitud y sólo queda esperar si la plataforma se mantiene fiel a sus principios o si es capaz de ejercerlos en individuos de alto impacto.