El cuerpo tiene un reloj interno, al que conocemos como ritmo circadiano. Este se encarga de regular las funciones físicas y mentales del cuerpo. Aún no se sabe por qué, pero los resultados del estudio notaron una tendencia de alteración del ritmo circadiano en personas que se duermen muy temprano o muy tarde.
Para esta investigación, en la que participaron 88,026 personas, se utilizaron acelerómetros de muñeca durante siete días para evaluar patrones cardiovasculares. Al analizar los datos de sueño, se encontró que las personas que se dormían antes de las diez o después de las 12 sufrían de un incremento del 25% de riesgo de enfermedades cardiovasculares, mientras que los que durmieron entre las 10 y las 12 tuvieron una disminución de riesgo del 12%. El tiempo de mayor riesgo es el de después de las 12, posiblemente porque sean los menos propensos a ver la luz del día, misma que resetea el reloj interno.
Entre los factores que se analizaron, se descubrió que las mujeres son más vulnerables que los hombres, y aunque no se sabe a ciencia cierta la razón, la teoría indica que está relacionado con el sistema endocrino.
Aún hay factores que deben explorarse en el estudio, como estilo de vida, edad y nivel socioeconómico, pero de confirmarse, dormir entre las diez y las once de la noche podría convertirse en una prioridad de la salud pública, pues es un remedio de bajo costo para disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.