Esto no quiere decir que Facebook haya dejado de ser un gigante, sólo que ahora es uno aquejado desde diversos frentes, siendo el más afectado el de la privacidad. Nadie puede negar que las nociones de protección de datos son algo nuevo. Tanto así, que la primera ley de privacidad en línea de los Estados Unidos apenas entró en vigor en enero de este año. Poco antes, Facebook publicó en su blog corporativo que “no vendemos los datos de las personas” y que cuenta con las herramientas necesarias para que sus usuarios accedan y eliminen su información sin distinción del lugar de residencia.
Esto no libera de responsabilidad a Zuckerberg, quien tiempo atrás aprovechó los huecos legales y la naturaleza de su red social para hacerse con los datos de millones de personas en todo el mundo. Estimaciones básicas realizadas en 2018 aseguran que Facebook ingresa un aproximado de $33 USD anuales por la información de cada usuario , que multiplicados por sus 2 mil 890 millones de usuarios en el mundo da un gran total de 95 mil 370 MDD. Estas cifras, sin embargo, varían dependiendo de factores sociopolíticos como la educación y la capacidad económica, que entre mayor sean resultan más atractivas para los anunciantes.
Anunciantes. Esta última fue una palabra clave para Facebook, pues sus voceros la aprovecharon por años para decir que el negocio de la red social no estaba en la venta de datos, sino en la prestación de un servicio a compañías que querían llegar de un modo personalizado a sus potenciales clientes. Algo así como el primer eslabón del mundo megacorporativizado visto en Minority Report: Sentencia previa, donde una rápida lectura de las pupilas era suficiente para ofrecer productos en concreto y dirigidos de modo específico a cada persona. Más grave aún fue que estos mismos datos fueron utilizados de forma no autorizada por la consultora Cambridge Analytica para definir la estrategia de Donald Trump en su campaña electoral de 2016 donde terminó ascendiendo como presidente de los Estados Unidos.
Todo esto desembocó en una audiencia histórica de Mark Zuckerberg frente al senado norteamericano. Por sentar las bases de las leyes de protección de datos actuales, pero también por demostrar que el poder del empresario había crecido a niveles sin precedentes con una influencia decisiva para moldear el mundo en que vivimos.