Aprende a comunicarte
La comunicación es crucial para que un equipo de trabajo funcione en un ambiente favorable. Acércate a tus colegas –si es posible, en persona–, contesta los correos electrónicos a tiempo, escucha con atención y respeta puntos de vista distintos al tuyo. Esto te convertirá en un comunicador eficaz y efectivo.
Mantén un balance con tu vida personal
La gente que está feliz en su trabajo sabe marcar límites, pues es difícil dejar de trabajar cuando amas lo que haces. Para estar cómodo en tu trabajo, entiende que necesitas descansar para dar lo mejor de ti en las horas hábiles. Agenda vacaciones, toma pequeños descansos y asegúrate que en tu tiempo libre realmente aproveches para restaurarte.
Aprende a fluir
El trabajo, sea cual sea, siempre estará lleno de emergencias, imprevistos y situaciones que no son ideales. Recuerda que siempre hay una solución que no requiere que hagas malabares ni milagros para quedar bien. Haz lo mejor que puedas con lo que tengas.
Pon atención en las juntas
Vivimos en la era del multitasking, y más ahora que las videollamadas nos permiten hacer otras cosas mientras estamos en juntas laborales, pero la ciencia afirma que sólo podemos poner atención en una cosa a la vez. Entonces, cuando estés en una junta no contestes mensajes, no adelantes trabajo. Sólo pon atención y ya. Respeta tu trabajo y pon atención a lo que estás haciendo. Eso te hará mucho más eficiente.
Entiende que hay días buenos y días malos
No importa si tienes el mejor trabajo del mundo: hay días en los que simplemente todo sale mal. Eso no significa que seas malo en lo que haces ni que tu compañía sea insuficiente. Reconoce los días malos como parte de la experiencia humana y recuerda que, así como hay momentos que apestan, hay otros en los que tu talento realmente sale a relucir.
Reconoce a tus compañeros de trabajo
No se trata en convertirte en el alma de la fiesta (o de la oficina), sino de poner un límite que te permita hacer lo que tienes que hacer, pero que te dé la flexibilidad de convivir con tus colegas. Sé agradecido, felicita a las personas que hagan un buen trabajo y tómate el tiempo de conocer a la gente. Eso hará que tu ambiente laboral mejore drásticamente.
Aprovecha al máximo
Esto es difícil porque a veces tenemos ciertas limitaciones a la hora de trabajar, jefes odiosos, o simplemente no nos gusta nuestro trabajo. Sin embargo, hasta la cosa más tediosa del mundo tiene un lado bueno. Enfócate en eso y ve cómo puedes explotarlo de la mejor manera.
Busca oportunidades para aprender
A veces estas oportunidades vienen por un cambio de puesto; a veces, por posibilidades académicas. Sea como sea, siempre toma oportunidades que te ayuden a ampliar tu visión de tu profesión.
Pide lo que necesites
Esto va un poco relacionado al primer punto. Desarrolla tus habilidades de comunicación para pedir y conseguir lo que quieres. Así, si quieres un aumento, no sólo lo pidas. Agenda una junta con tu jefe, pregunta qué se necesita, trabaja para lograrlo y cuando sea el momento de revisión anual o de elaboración de presupuesto, compara las observaciones con tus acciones para fortalecer las razones para que tu aumento suceda.
Pide ayuda y da ayuda
Hay ambientes laborales tan competitivos que a veces da pena admitir que necesitamos ayuda, cuando, de hecho, reconocer que necesitas ayuda y ofrecerla cuando tienes algo que aportar, es una habilidad profesional invaluable. No dejes que el ego te domine.