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¡Internet sucio! La red contamina más de lo que imaginas

A diferencia de otras actividades humanas, los daños por emisiones a partir del consumo de internet se dispararon con el aislamiento.
dom 15 agosto 2021 08:26 AM
Man with protective mask using smartphone outdoors in the city.
El consumo de internet se ha disparado y esto está generando otro tipo de contaminación

Por años hemos escuchado las distintas maneras en que todos podemos ayudar a combatir el calentamiento global: minimizar el uso del transporte privado, separar la basura y evitar el consumo indiscriminado, por nombrar algunas. Ahora también podemos añadir el reducir el uso de internet en todas sus formas, es decir, en computadora o celular. Porque aunque nos parezca imposible de asimilar, la navegación por la world wide web es una de las actividades más contaminantes de la actualidad.

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¿Cómo es esto posible?

El envío de un correo electrónico, la realización de una búsqueda, el visionado de una película en streaming, la navegación en redes sociales… Todas estas actividades online emiten unos cuantos gramos de dióxido de carbono atribuible a la energía necesaria para el funcionamiento de los dispositivos y las redes inalámbricas en los hogares.

Puede que el impacto individual sea mínimo, pero la situación se agudiza si consideramos que el 53.6% de la población mundial, unas 4 mil 100 millones de personas, utiliza internet. La crisis se torna aún más dramática con la potencia eléctrica necesaria para soportar los centros de datos y los servidores que hacen funcionar la red.

Sólo en el segundo trimestre del 2020, el tráfico de internet en México incrementó en un 40%

Un estudio publicado en 2013 demostró que la industria del internet producía cerca de 830 millones de toneladas de dióxido de carbono al año. El 2% de las emisiones totales de CO2. y la misma proporción que la industria de la aviación. Se estimaba además que estos números se duplicarían para 2020, una premisa que se cumplió previo a la pandemia al ascender al 3.7% de las emisiones . De nueva cuenta se prevé que las cifras volverán a duplicarse para el 2025.

Si bien es cierto que los confinamientos suscitados por el coronavirus ayudaron a reducir las emisiones totales de dióxido de carbono en un 7%, estos también contribuyeron a que la huella provocada por el internet se hiciera más profunda con un aumento importante en el tráfico de datos.

Sólo en el segundo trimestre del 2020, el tráfico de internet en México incrementó en un 40% . Esta alza se evidencia aún más en periodos más largos: de marzo 2020 a marzo 2021, Alemania vivió un incremento de un 11%, Países Bajos de un 20%, España de un 41% y Finlandia de un 51%. Más drástica fue la situación en Chile donde el aumento fue de 537% o en Zimbabue del 543%.

El 53.6% de la población mundial, unas 4 mil 100 millones de personas, utiliza internet.

La contaminación de las distintas industrias no se limita a la emisión de gases, sino que se extiende al gasto de agua y tierra que cada una necesita para sostenerse. En el caso del internet son 3 mil 400 km2 y 2.6 billones de litros al año necesarios para la construcción y mantenimiento de los centros de datos y las redes de transmisión se ha detallado .

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Impacto individual

La huella de carbono que mide la cantidad de gases de efecto invernadero que emitimos a la atmósfera suele calcularse para las distintas industrias y empresas, pero también puede –y debe– hacerse para cada individuo. Esta cifra varía dependiendo de cada país, ya que puede ir de las 0.87 toneladas (Pakistán) a las 16 toneladas (Estados Unidos), lo que da un promedio de 4.8 toneladas anuales por persona . Se estima que para garantizar un avanza significativo en la lucha contra el cambio climático esta cifra debe reducirse a 2 toneladas por persona.

El problema es que el uso indiscriminado del internet hace que esta cifra luzca cada vez más lejana. Cada correo emite entre 4 y 10 gramos de carbono, y aunque su circulación se ha visto reducida ante el incremento de los distintos sistemas SMS que sólo emiten 0.014 gramos, el uso de estos últimos suele ser considerablemente mayor, lo que en algunos casos puede implicar un mayor gramaje. A esto sumemos que la huella aumenta cuando los mensajes rebasan los 160 caracteres o son acompañados de archivos como fotografías, documentos, contactos o audios.

Si bien las distintas redes sociales y el creciente uso del streaming han contribuido a esta huella, ninguna de estas prácticas tiene el impacto de las videollamadas. Sólo una hora emite entre 150 y 1 mil gramos de dióxido de carbono e implicaría de dos a doce litros de agua y un área equivalente al tamaño de un iPad Mini. Se estima que estas cifras se reducirían en un 86% si la transmisión de contenidos fuera hecha en calidad estándar en lugar de HD y en un 96% si las llamadas online fueran con las cámaras apagadas, detalla el estudio .

Lograr un cambio se requiere un cambio masivo en nuestras prácticas. ¿Difícil? Sí, especialmente si consideramos que nos hemos hecho francamente dependientes al internet, no sólo para el trabajo sino también para el ocio. Aun así es posible si empezamos por nosotros mismos y creamos conciencia entre quienes nos rodean.

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