Comer es uno de los medios más auténticos para revivir momentos entrañables. Ese instante preciso en el que los sabores, los aromas y las texturas te transportan a risas, felicidad, calma, arropo o una sensación de seguridad es una característica única de la comida.
Por eso, el equipo de Life and Style nos dimos a la tarea de recordar esos platillos especiales por los que vale la pena volver una y otra vez a ciertos restaurantes. Ya sea por su simpleza encantadora o por una complejidad sorprendente, nuestra selección nos lleva a distintos lugares del país y, por supuesto, a la Ciudad de México, pero cuidado, esta nota seguro abrirá tu apetito.
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Brócoli ahumado con chiltepín y callos con puré de berenjena de Fauna
Volver a un restaurante para comer… ¿brócoli? Sí. La simplicidad en Fauna es uno de sus encantos más profundos del menú que los chefs David Castro y Maribel Aldaco crearon y que han hecho de su restaurante frente a las montañas en el Valle de Guadalupe uno de los más emblemáticos de la zona. Sentarse a la mesa significa compartir con los tuyos y con todos y eso hace que el lugar se sienta familiar, ameno y cálido. De las entradas, el brócoli ahumado con unas hojuelas de chiltepín sobre una salsa de brócoli fue un descubrimiento maravilloso y un gran acierto acompañarlo con callos en puré de berenjena que se hacen taquito en tortillas de harina norteñas recién hechas. ¿Maridaje infalible? El Bruma Ocho Blanc de Noirs.
Aceitunas rellenas y pizza de pepperoni de Anónimo
En la cocina del chef Klaus Mayr convergen las tradiciones italianas con la visión de la comfort food estadounidense, con lo cual su restaurante anónimo se ha convertido en una parada obligada para quienes visitan la colonia Condesa. Sin importar si se decide ordenar en la barra o en el área de comedor, tenemos dos recomendaciones infalibles para aproximarse a su cocina. Para comenzar, sugerimos probar las aceitunas rellenas de queso manchego que llegan a la mesa calientitas después de un proceso de empanizado y fritura, cubiertas con queso rallado y un toque de miel de abeja. Los contrastes en las texturas, la temperatura y el juego de dulce y salado hacen que uno no pueda parar. Como plato fuerte, la pizza de pepperoni es otra apuesta segura. Una delgada capa de masa es cubierta con salsa de tomate, mozarella y rebanadas de pepperoni antes de entrar al horno. Al salir, la orilla es bañada con mantequilla y queso rallado, por lo que no hay tiempo que perder.
Un imperdible si vas a Baja California. Restaurante Villa Ortega’s, ubicado frente al Pacífico en Barracuda, Puerto Nuevo, es reconocido por su deliciosa langosta, especialidad de la zona. El platillo lo preparan en distintas presentaciones y diversas guarniciones; también lo ofrecen un solo plato para una, dos o hasta cuatro personas. Eso sí, es recomendable llegar con espacio suficiente en el estómago, porque las presentaciones son muuuy abundantes, créenos. ¿Un plus? Tendrás una vista espectacular del mar mientras disfrutas de este delicioso crustáceo acompañado de una cervecita bien fría como una Pacífico, obvio.
Tras apenas unos meses de operación, esta autodenominada “cantina norestense” localizada en la colonia Juárez ha dado mucho de qué hablar debido a un menú que en palabras de sus chefs (Lucía Cañas y Roberto Almaguer) “no busca servir platillos regionales, sino resaltar la escencia y la cultura gastronómica de Monterrey y de la región norte del país. Y si somos honestos, pocas cosas son más representativas de Nuevo León que una buena carne asada. La que aquí se sirve es preparada con cortes de primerísima calidad y cocida a la perfección a la parrilla. A la vista su color enamora y en la boca resulta tierna y jugosa con un toque ahumado gracias a su costra de ceniza de maíz. Se sirve acompañada de una cebolla asada que suma textura y un toque dulzón. ¿Para acompañar? Una cervecita bien fría.
El hotel Rosewood San Miguel de Allende, ubicado en el corazón de esta hermosa ciudad, abrió recientemente su nuevo restaurante Pirules Garden Kitchen, a cargo del chef Odín Rocha. Este lugar destaca por su increíble arquitectura y una vista espectacular hacia la Parroquia de San Miguel Arcángel mientras disfrutas de deliciosos cócteles de autor. El menú está inspirado por la cocina de humo y las técnicas rústicas y todos los platillos son preparados con ingredientes de temporada, orgánicos y locales para apoyar a los productores de la zona. En tu visita al restaurante no debe faltar el Pork Belly, acompañado de pistache, quelites del huerto china berry y mole verde.
Detrás de una discreta fachada en pleno corazón de Polanco, este espacio con una barra para 13 comensales está redefiniendo el concepto de alta cocina japonesa. Sin importar si se opta por ordenar a la carta o por el omakase, no se puede pasar por alto este toast que, podría no sonar muy japonés, pero que resulta igualmente delicioso. Sobre una rebanada gruesa de esponjoso brioche pasado por la plancha, se unta una capa de crème fraîche que posteriormente se cubre con salmón curado. El toque final está dado por alcaparras, echalote, ikura y eneldo.
El pasado mes de noviembre Martínez, el siempre concurrido bistrot creado por el chef Lucho Martínez, celebró su segundo aniversario con un menú que repasó los platillos más icónicos que han llenado sus mesas a lo largo de sus casi 800 días de existencia (contados hasta hoy). Contra toda expectativa (soy de los que creen que las ensaladas son un requisito un tanto aburrido en todos los restaurantes), la ensalada Green Goddess preparada por Lucho es una de esas mezclas de fresquísimas hojas verdes, aderezo que hace salivar con sus notas ácidas, especiadas (estragón), cremosas y saladas y el toque crujiente de pepitas de calabaza troceadas que pueden generar adicción. Cuando una ensalada es capaz de generar eso en una persona anti-ensaladas, vale la pena darle una oportunidad, ¿o no?