EAST Miami tiene 352 habitaciones (incluidas ocho suites y 89 residencias). Son amplias, cálidas, cómodas y están llenas de luz natural gracias a los ventanales de suelo al techo por los que se asoman la ciudad y el mar. Para disfrutar al máximo el cuarto hay que seguir un ritual: servir una taza del café local Panther Coffee y disfrutarlo en el balcón o dentro de la tina, desde la cual también se aprecian las vistas panorámicas.

El espacio estrella del hotel es su inmensa terraza, que reúne cuatro albercas, gimnasio, zona de descanso y el restaurante Quinto la Huella, con un salón amplio, un horno de leña en el centro y varias salas al aire libre. Bajo el lema “no inventamos nada; cuidamos lo mejor que nos da el mar, la tierra y el fuego”, el espacio sirve platillos uruguayos sencillos y fieles a los ingredientes. Los favoritos de la casa son las empanadas salteñas, los gnocchi de ricota y el volcán de dulce de leche con helado de plátano hecho en casa.

En el piso 40, en un rooftop cubierto de vegetación, está el segundo restaurante del hotel. Sugar combina las tradiciones culinarias orientales en una propuesta novedosa: tapas asiáticas. Los imperdibles son las Boneless Korean Chicken Wings, el tartar de atún sobre tostadas de arroz y el Pork Belly Bun. También hay que probar los exóticos cócteles (como el East of Miami, con gin, té verde Sencha, jengibre fresco y limón) y disfrutarlos sin prisa escuchando la música instrumental.

En el lobby está Domain, una cafetería y panadería artesanal durante el día, y barra de cocteles frescos por la noche. También hay un íntimo cuarto de té y distintos salones de eventos repartidos en la propiedad.
EAST Miami también presume una buena ubicación. Además de estar conectado a Brickell City Centre, se encuentra a solo cinco minutos del centro de la ciudad, a 15 de Wynwood, Design District y el Pérez Art Museum, y a poco menos de media hora de South Beach.