Pareciera que existe un acuerdo implícito: el queso de la
debe de ser perfecto, ni muy húmedo que cree pequeños charcos que suavicen en exceso la masa, ni tan seco que no se derrita.Aceptémoslo: un queso derretido sobre una pizza se ve grandioso, pero nadie quiere algo que se parezca carbonizado.
El Doctor Bryony James de la
en Nueva Zelanda, hizo un análisis con sus colegas sobre siete distintos tipos de queso.De ese pequeño (pero muy agradecido) estudio concluyeron que el queso mozzarella puede combinarse con cheddar y provolone para obtener una apariencia homogénea, sin burbujas; y dorada, sin espacios que se vean quemados.
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Sin embargo, ¿qué tipo de mozzarella? La respuesta es sencilla: el que contenga menos líquido. Así se evita que la masa se humedezca de más.
Si tienes antojo de uno fresco, mejor disfrútalo en ensaladas o sándwiches. El resto depende de tu locura, antojo y creatividad.