El combinado nacional hizo soñar a todo un país durante dos juegos. Una
El duelo de Octavos de Final llegaba en un marco de optimismo debido al ambiente electoral que se respiraba en la calles mexicanas. Todos querían un día diferente. Un lunes histórico también en el ámbito deportivo.
El pitazo inicial tenía a toda una nación frente al televisor. Los primeros 25 minutos del partido fueron perfectos: presión en toda la cancha, toque de balón y llegadas. Un sueño que parecía hacerse realidad.
El primer tiempo terminó empatado a cero. El cambio de Rafael Márquez por Miguel Layún descompuso al equipo y la banda de la derecha se convirtió en una verdadera fiesta de centros, comandada por
Los goles llegaron al 51 y al 88. El jugador de PSG y Roberto Firmino los culpables de apagar toda esperanza tricolor en
.Falta de garra en la cancha, cambios que no funcionaron y nula contundencia frente al arco. Tres factores que no se pueden combinar frente a un grande como Brasil.
Mención aparte para Francisco Guillermo Ochoa, quien como cada partido con la playera verde, se convierte en factor. Él sí merece “cosas chingonas” en su carrera por Europa y un brinco a la
o sería el premio para su trabajo.Hoy, solo queda que el futbol mexicano siga trabajando para que esas “cosas chingonas” de las que habló Javier “Chicharito” Hernández lleguen, en algún momento, al deporte más seguido de toda la nación.