Por qué crees en las teorías conspiratorias hoy más que nunca
La gripe AH1N1 se desencadenó para favorecer a las farmacéuticas, los Illuminati controlan todo lo que sucede en el mundo, la educación es un sistema opresor fabricado por el gobierno, Bush negoció el atentado de las Torres Gemelas, Facebook es un instrumento de la CIA para espiar a la población mundial, la situación actual de México es culpa de los tecnócratas… las teorías de la conspiración no son nuevas y nunca terminan.
¿Son mitos, son realidad o son alternative facts?
Es difícil saberlo, lo que sí es un hecho es que son imposibles de comprobar. A pesar de esto, miles de personas creen en ellas y la ciencia podría explicar el porqué.
Una sociedad con poco poder es más propensa a creer en estas teorías
Según especialistas en psicología, las teorías de la conspiración no son respuestas aisladas, sino que son una expresión que surge en tiempos de crisis (por ejemplo: durante recesiones económicas o epidemias o después de ataques terroristas) porque la sociedad pierde poder sobre lo que sucede a su alrededor.
“Las personas son particularmente receptivas a las teorías de conspiración cuando carecen de control, y por lo tanto se sienten impotentes”, esta fue la conclusión del estudio 'Lacking Control Increases Illusory Pattern Perception', publicado en el 2008. “La falta de control conduce a una forma de percepción ilusoria, es decir, las personas tienden a conectar puntos que no están necesariamente relacionados en la realidad”.
Si estas teorías son una respuesta psicológica a las crisis, ¿por qué abundan? Una palabra: paranoia.
Conspiraciones en tiempos de Google
En el artículo 'Paranoia Rises When We Feel Politically Powerless', publicado en Slate, el periodista Ray Pratt explica que una población que se siente impotente tiende a convertirse en una sociedad con pensamiento paranoide.
Por esto, a pesar de que cada vez es más fácil acceder a información confiable y comprobable, estas teorías siguen ganando fuerza y, para algunos especialistas, Internet sólo ha empeorado las cosas.
Para explicar este fenómeno, los politólogos Brendan Nyhan y Jason Reifler crearon el concepto del efecto contraproducente en su estudio 'The Effects of Semantics and Social Desirability in Correcting the Obama Muslim Myth'. Según los resultados, cuando las ideas de una persona son desafiadas por evidencia que prueba lo contrario, lo único que sucede es que la idea inicial se vuelve más fuerte.
Es decir, según el efecto contraproducente, cuando utilizas pruebas comprobables para intentar convencer a alguien de que la teoría conspiratoria en la que cree es falsa, lo único que logras es que se aferre a esa idea con más fuerza.
Al final, el problema parece difícil de erradicar y para eso la ciencia aún no tiene respuestas claras.