Aunque es un malestar común, el acné sigue siendo una de las condiciones más misteriosas de la dermatología: puede aparecer por una infinidad de causas distintas y no hay una forma universal de curarlo. Mientras que a algunas personas se les quita con medicinas de fácil acceso, otros tienen que recurrir a cremas, medicamento con receta e incluso cambios en la dieta. Sin embargo, cada vez es más común escuchar teorías sobre la relación entre el acné y la salud de la flora intestinal. Así, los probióticos se están levantando como los nuevos héroes para curar el acné.
¿Los probióticos sirven para tratar el acné? Entérate aquí.
¿Qué son los probióticos?
Los probióticos son suplemento de bacterias que calman la inflamación externa e interna del cuerpo, restauran la barrera de la piel y protegen de particulas dañinas en el ambiente, y promueven el crecimiento de bacterias saludables. Y aunque a todos nos beneficia su consumo, son ideales para gente con condiciones dermatológicas inflamatorias, como acné, eczema, rosacea, eczema, sensibilidad y resequedad.
Al tomarlos de manera oral, ayudan a normalizar las bacterias y mejorar el microbioma del tracto digestivo, y por lo tanto, reducir la inflamación del cuerpo. Suelen tomarse dos veces al día –en la mañana y en la noche–, pero deben suspenderse cuando se están tomando antibióticos.
¿Qué alimentos tienen probióticos?
Los probióticos son muy fáciles de incorporar a la dieta, así que, aunque hay una infinidad de suplementos, es posible que no los necesites. La clave está en consumir fermentos como yogurt, kombucha, kéfir, sauerkraut, kimchi, entre otros.
Los probióticos y el acné
Los probióticos pueden ser de gran utilidad para tratar el acné, principalmente porque ofrecen los siguientes beneficios:
Calman la inflamación interna. Estas sustancias son vitales para tener un tracto digestivo saludable y robusto. Las bacterias que causan el acné promueven la inflamación de la piel, lo que a su vez causa brotes de granos. La teoría es que, el consumo de probióticos puede normalizar la cantidad de bacterias saludables, y así combatir la condición.
Inhiben la producción de la bacteria Propionibaterium acnes. Aplicar probióticos a la piel constantemente puede disminuir los casso de este bacteria. Así, las típicas mascarillas de yogurt que recomiendan las mamás y abuelas resurgen como potenciales tratamientos (aunque también puedes encontrar productos dermatológicos reforzados con probióticos).
Protegen a la piel del daño ambiental. Es más fácil para la piel combatir las fuertes externas de irritación o infección cuando tu rutina de skincare tiene probióticos. Para explicarlo de manera fácil, los probióticos "perforan" las bacterias malignas y las matan. Así, actúan de forma similar a como lo haría un antibiótico.
Fortalecen la barrera natural de humectación de la piel. Como consecuencia, son esenciales para combatir el enrojecimiento, la sensibilidad, los brotes de acné y la irritación.
¿Cómo tomarlos?
A grandes rasgos, hay dos opciones: consumirlos en alimentos o suplementos, o bien, agregarlos a tu rutina de grooming por medio de productos infusionados, como serums, mascarillas, humectantes. Lo más fácil es comenzar con un serum.