Durante esta pandemia, Alessandro Michele ha entrado en momentos de reflexión sobre su labor como diseñador y líder de una casa de lujo, y las consecuencias que ha causado en la industria de la moda y en el medio ambiente. Epilogue es la nueva colección de Gucci para otoño-invierno 20/21, durante cuyo show pudimos ver una nueva visión y lenguaje detrás del telón. Como seguimiento a esta colección, surge la campaña titulada "The Ritual", fotografiada en una casa con modelos simulando un día normal en sus vidas.
La campaña de Gucci es fotografiada por sus modelos
En la presentación digital de esta colección pudimos ver al equipo creativo de Gucci siendo los modelos que portaban sus propios diseños. Ahora, como seguimiento a esta idea, para la campaña "The Ritual" se les pidió a los modelos que fueran los autores, es decir, que portaran las prendas que se identificaran con su vida cotidiana desde la comodidad de sus propios espacios íntimos y se documentaran haciéndolo. El resultado es una serie profundamente personal, honesta y franca de autorretratos.
Estas imágenes hiperreales representan su hogar como un laboratorio creativo personal, cuyos habitantes (los modelos) son libres de divertirse y jugar con su imaginación: tomando el papel de fotógrafos y narradores, productores y escenógrafos. Un escenario que conocían pero del otro lado.
Este experimento visual los llevó a utilizar diferentes herramientas con diferentes formatos, como cámaras desechables hasta teléfonos con cámara, generando una serie de diversos resultados y contando sus propias historias sobre cómo los protagonistas desean ser vistos.
"Decidí dejar que la ropa viajara hacia las casas del elenco de modelos, los personajes que han encarnado mis historias durante años; personas que elegí precisamente, con el tiempo, por su singularidad que generalmente da vida a mis campañas", explicó Alessandro Michele en un comunicado.
"Les pedí que representaran la idea que tienen de sí mismos, que se hicieran públicos con ella, dando forma a la poesía que los acompaña. Los animé a jugar, improvisando con su vida".
Así es la comunidad de Gucci, tejiendo, haciendo jardinería, tomando el sol, cepillándose los dientes, pasando el rato en el techo de un edificio, saltando de una cama, con mascotas, incluso jugando a los dardos mientras patinan en el interior sobre un piso de madera pulida. Pero el romanticismo mágico de Gucci aún permanece, desde otro punto de vista, que inspira una cualidad peculiar y emocional de ensueño.
El diseñador ha dado una lección con esta colección y ahora con esta campaña, además de ser de los primeros en tomar conciencia y actuar sobre la situación actual. Seguiremos en la mira de este creativo que seguramente este es el comienzo de un nuevo lenguaje sobre una nueva realidad.