Este año, de manera casi involuntaria, las camisas, pantalones de vestir, zapatos formales y sacos cedieron su lugar privilegiado como elementos laborales por excelencia a sudaderas, camisetas, bermudas, tenis y sandalias. Debido al confinamiento, mucha gente optó por usar prendas más cómodas para realizar el trabajo en casa. A muchos podrá gustarles esa idea, pero también hay algunos que anhelan regresar a usar esas prendas clásicas y sentir cierta elegancia a la hora de vestir.
Después de la pandemia, ¿cuál es el futuro del traje y la corbata?
En los últimos cinco años, las marcas de moda han optado por diseñar prendas más casuales e informales, particularmente como streetwear, athleisure y el famoso "Midtown Uniform", una combinación omnipresente de chalecos de lana, pantalones y zapatillas Allbirds (tenis de estilo deportivo para usar en casa) que usan muchas empresas. De alguna manera se convirtió en un estilo de ropa de trabajo adecuada. Mientras, algunas casas especialistas en la sastrería han optado por transformar los trajes.
Regresemos unos años en el tiempo, a un barrio londinense llamado Mayfair, donde se encontraban marcas de lujo y de trajes a la medida. Las personas que vestían trajes eran hombres de negocios, iban a una boda, a un funeral o a una entrevista de trabajo. En los negocios, usando un traje, los hombres se sentían más seguros a la hora de discutir un proyecto; era una especie de señal de respeto, demostrándoles que hacían el esfuerzo de tomar algo serio en la vida.
Pero el traje tradicional comenzó a cambiar; por tendencia y por necesidad. Las rutinas, los hábitos han cambiado con el tiempo, la vida cotidiana en la ciudad se vuelve cada vez más agitada. Los trayectos de un lugar a otro suelen ser más largos, las actividades laborales y sociales. Pero además de las necesidades, la moda es parte de esta evolución. Algunos diseñadores han transformado el traje tradicional, por ejemplo, el diseñador británico Paul Smith, experto en la sastrería. Él sustituyó un clásico traje con rayas blancas por rayas de color, y amplió la gama de color en las telas. Llegó a vestir a bandas como Pink Floyd, Los Beatles y David Bowie. Otra firma británica, fue Burberry, mayormente conocido por su gabardina durante la Primera Guerra Mundial, pero que más adelante hizo de los trajes su fortaleza, hasta vestir a la realeza británica.
Así como muchas marcas hoy día han convertido el traje en un estilo athleisure, es decir, que las prendas juegan con siluetas más sueltas, menos formales. Los materiales se vuelven menos rígidos, la pretina del pantalón es sustituido por el resorte, los mocasines se transforman o se cambian por las zapatillas deportivas y las camisas por camisetas. Además de ser una tendencia, los hombres han encontrado la comodidad en esas prendas. Debido al confinamiento de esta pandemia, los trajes fueron guardados y revivieron las sudaderas y las sandalias para realizar el trabajo en casa durante casi cuatro meses.
Los negocios en Europa y Estados Unidos como tiendas de moda, algunas empresas y oficinas han abierto poco a poco. Ahora es México quien también comienza a abrir sus negocios, incluyendo algunas oficinas y empresas, con las medidas de sanidad adecuadas. ¿Pero la vestimenta cambiará? Primero fue procesar y adaptar un nuevo estilo de vida en casa, ahora será enfrentarse a una nueva realidad.
Como parte de este cambio, las ventas de prendas deportivas se elevaron durante estos meses, mientras que marcas de ropa más formales se encontraron en números rojos, algunos hasta considerarse en bancarrota.Los fabricantes de trajes tuvieron una caída y paro de producción, mientras que las marcas deportivas y de prendas casuales gobernaban los armarios y las tarjetas de crédito.
Pero hay algo que se debe considerar: existe un gran porcentaje de personas que han adoptado los trajes como parte de su estilo. Una razón puede ser debido a su puesto laboral, como los ejecutivos, o simplemente por gusto, por amor a lo clásico. Ellos posiblemente seguirán acudiendo a los servicios de trajes a la medida y podrán comprar trajes en los próximos meses si encuentran una razón para usarlos. Por otro lado, están los millennials y los recién graduados universitarios, que buscan distinguirse para los puestos de entrada a nivel medio en un mercado laboral sombrío. Cuando se trate de algunos eventos sociales o que requieran ropa formal, será más probable que los alquilen.
Muchas marcas y expertos tienen fe en que pueden revertir la tendencia, es decir, un estilo menos formal, buscando el fin de las restricciones de cierre como una transición del uniforme de trabajo desde el hogar, y la oportunidad de hacer que la ropa de hombre tradicional sea parte de un nuevo tipo de actividad social. Incluso los tejidos se convierten más flexibles y de mayor comodidad.
Pero puede que no sea tan fácil. Las tendencias de las pasarelas de moda van y vienen, y los trajes y la confección han sido muy populares en las pasarelas masculinas. ¿Pero el traje será más que una declaración de moda?
En los últimos años , hemos visto grandes saltos de códigos de vestimenta. El regreso de Alessandro Sartori a la casa Ermenegildo Zegna ha innovado por completo la sastrería, Kim Jones quien optó por la versatilidad, la alta costura y romanticismo en los trajes de Dior Men o Anthony Vaccarello con siluetas más ajustadas y de estilo rockero para Saint Laurent. Además de transformar las siluetas han optado por nuevos tejidos, materiales para un traje moderno.
También está Hermès, que ha integrado el cuero y la seda en sus prendas, u Officine Générale, una firma diseñada especialmente para el hombre moderno, que busca comodidad y sin tanta formalidad pero con cierta elegancia, como una oda al uniforme de oficina. Estas son algunas de las casas de moda que dan seña sobre el futuro del traje.
“Está cambiando lo suficiente como para traer un híbrido interesante que puede existir entre este tipo de vestimenta", dijo Schlossman, un colaborador del streetwear masculino con marcas como: Supreme, Fear of God y Zegna.
Durante estas dos semanas de la moda en formato digital, varias de estas casas de lujo han presentado sus propuestas con la intención de una nueva vestimenta para la nueva normalidad. Algunos estilos han sido vistos en colecciones pasadas pero ahora más que nunca estos cortes, siluetas y materiales tomaron más fuerza.
Aunque también existen marcas que defienden estos clásicos, para aquellos tradicionalistas. Por ejemplo Dolce & Gabbana quienes aún juega con el traje completo, con chaleco y corbata, que además cuenta con un servicio llamado Fatto a Mano, de trajes a la medida. También Zegna con Made to Measure y Couture, Hugo Boss con la línea de Boss que es más formal, y muchas otras firmas.
Dentro de estos trajes clásicos, la corbata es un elemento que forma parte de ello, y es que cada vez se ve menos en la vestimenta. Incluso en las pasarelas, salvo aquellas marcas mencionadas y en algunos looks. Pero en realidad este código de vestimenta no se ha heredado a las nuevas generaciones, incluso algunos lo ven anticuado. Es verdad que en estos tiempos de confinamiento está prohibido usar prendas ajustadas, por salud. Pero viéndolo en términos de moda, este accesorio se llega a usar en eventos muy formales ya sea sociales o profesionales.
Es un accesorio al que posiblemente le haga falta reinventarse. Ha sido la única pieza que sigue igual; antes eran más anchas y ahora son más delgadas. Algunas firmas juegan con los tejidos, los estampados y los colores. Pero ¿cuál sería la fórmula para renovarse? Es una combinación de gustos y cultura. Lo que es un hecho es que muchas personas anhelan volver a ponerse un traje y sentir esa seguridad. Y dentro de los elementos para lograrlo está la corbata.
Posiblemente el traje se encuentre en una crisis que durará un poco más, pero definitivamente no desaparecerá. Las marcas tradicionales están más centradas que nunca en diseñar prendas cómodas, haciendo parecer que un traje es igual de cómodo, combinado con elementos de ropa deportiva. Pero tampoco pueden ignorar a todas aquellos que prefieran y defenderán por mucho el traje clásico.