La pluma fuente es un objeto que desata sentimientos encontrados: por un lado, la idea de escribir con ella desata nostalgia y fascinación; por otro, todo el ritual del tintero puede sonar complicado y potencialmente desastroso. Sin embargo, el romanticismo parece ganar contra cualquier defecto, y las plumas fuente están de regreso. Pero este comeback va más allá de la moda. Para muchos adeptos recientes, usar estas plumas es una forma de salvar al planeta.
Eco-friendly
En una época en la que el planeta pide a gritos que se tomen medidas para generar menos basura, las plumas fuentes –sobre todo si se rellenan con tintero– resaltan como heroínas de la vida cotidiana. Mientras que el bolígrafo promedio está diseñado con materiales de baja calidad, la pluma está pensada para durar la vida entera. Cuando la tinta se termina, sólo es cuestión de rellenar el convertidor o reemplazar el cartucho, en lugar de deshacerse del objeto completo.
Es difícil decir la cantidad de plumas que existen en el mundo. Sin embargo, para darse una idea hay que tomar en cuenta lo siguiente: en 2005, Bic celebró haber vendido mil millones de plumas, con cuyo plástico se podría recorrer la circunferencia del mundo 348 veces. Si a eso sumamos que cada plástico que se ha producido –aunque parezca que la "gran virtud" de los bolígrafos es desaparecer– en la historia de la humanidad sigue existiendo, el panorama es catastrófico. Usar una pluma fuente es la forma perfecta de la disminución eventual en la producción de estos objetos.
Pluma fuente para principiantes
Usar una pluma fuente es mucho más fácil de lo que parece, y no es sólo para caligrafía; podrías usarla para hacer notas o listas de compras, y te serviría igual que una ballpoint o rollerball. De hecho, sería incluso más facil: la pluma fuente requiere de un apoyo más ligero contra el papel.
La pluma fuente tiene dos formas de rellenarse: comprando cartuchos –que sería la opción menos ecológica–, o bien, usando un convertidor, que debe rellenarse con un tintero. Los tinteros suelen ser de vidrio, y su contenido de tinta es muy duradero (depende de cuánto escribas, pero generalmente duran un par de años), por lo que resultan la opción más consciente.
Una vez que insertas el cartucho o el convertidor a la pluma, debes dejarla parada unos minutos hacia abajo, para que la tinta llegue al plumín. Una vez pasado ese tiempo, estás listo para escribir. El único truco está en encontrar el mejor ángulo de inclinación al escribir para que la tinta fluya.
Objetos de deseo
A continuación, nuestras plumas favoritas para sumarse a esta tendencia y poner un granito de arena en la lucha contra el cambio climático.
Pilot Metropolitan: La básica
Con un precio que no rebasa los 500 pesos, un peso ligero y un plumín que produce líneas finas, esta pluma es ideal para quienes apenas quieren experimentar con este tipo de plumas. Viene con un convertidor tipo squeeze, es decir, que sólo debe sumergirse en el tintero y presionarse desde los lados.
Lamy 2000: La cool
El diseño pulcro y fino de esta pluma la convierte en el objeto perfecto para amantes del diseño. Hecha de Makrolon –un material similar a la fibra de vidrio– y un plumín de oro de 14 kilates cubierto en platino, resalta por una elegancia contemporánea. Sin embargo, tenemos que advertir: si eres de mano pesada, no es la mejor opción. El oro se dobla relativamente fácil, comparado con el acero inoxidable (material del que normalmente están hechos los plumines).
Montblanc Meisterstück Solitaire LeGrand Le Petit Prince: El objeto de deseo
Inspirada en El Principito, la icónica obra de Antoine de Saint Exupéry, esta pluma de laca azul oscuro es amor a primera vista para cualquier coleccionista. El grabado del cuerpo muestra al zorro de la historia, y la caperuza del capuchón tiene una frase de la misma. Sin embargo, el detalle imperdible es el plumín de oro 750 de 18 k, grabado con una imagen del principito y el zorro.