La alta tecnología y la artesanía definen la colección con la que Paul Andrew debuta como director creativo de Salvatore Ferragamo. En 2016, Andrew ingresó a la compañía como director de calzado y, al año siguiente, ascendió a director creativo de la línea femenina de la casa italiana. Ahora, junto a Guillaume Meilland, quien ocupa el puesto de director de diseño de la línea masculina, creó una colección inspirada en Florencia y su historia. En esta sesión, la estética artesanal y urbana de sus prendas reflejan a un hombre práctico, refinado, moderno y elegante.
La nueva mirada de Salvatore Ferragamo
Paul Andrew ha debutado como director creativo de la casa italiana con una serie de propuestas nuevas. Las tradiciones artísticas, intelectuales y económicas de Florencia, así como sus fábricas, artesanos y, especialmente, la fuente de Neptuno –cuya restauración financió la marca– han servido como referencia para establecer la nueva dirección estética a la que Andrew desea llevar la marca. Al redefinir los códigos de vestimenta para una nueva era, el diseñador británico retoma elementos antiguos de la ciudad y los mezcla con la modernidad y el ADN de Ferragamo.
Las prendas están llenas de detalles que suman valor, practicidad, utilidad y originalidad al estilo masculino. Andrew experimenta con el patronaje al incorporar cortes geométricos a los diseños de la colección, tanto amplios como ajustados. Pese a mezclar materiales como cuero con algodón y seda con licra, sus looks son cómodos y nos enseñan a no temer a la combinación de tejidos y colores.
Tampoco hay que olvidar que la casa es experta en el trabajo de materiales como el cuero de napa y la piel de venado y becerro, que combina con jersey de algodón, gabardinas de lino o mohair de lana. El resultado puede verse en camisetas, pantalones, chalecos, chamarras y abrigos. Los accesorios incluyen bolsos, backpacks y pequeños artículos de cuero que proyectan el lujo de pieles impecables y de una utilidad sin adornos. En lo que respecta a los zapatos, la protagonista es una alpargata de plataforma dividida con cordones intercambiables inspirada en el modelo Kimo, creado por el propio Salvatore Ferragamo en 1951.
Según la filosofía de Andrew, las parkas reemplazan los clásicos sacos y las prendas deportivas se convierten en elementos utilitarios de uso cotidiano. Los mejores ejemplos: los pantalones tipo cargo con bolsillos grandes y cremalleras en las pantorrillas que permiten ajustar el fitting de recto a skinny; las camisas clásicas de algodón con detalles desmontables de cuero en los puños; y los monos con resortes ajustables.
La gama cromática oscila entre los tonos tierra, naturales y pastel –como rosa, lavanda y verde menta–, y otros más vivos e intensos como el azul marino. La artesanía es el origen y el corazón palpitante de la casa, y en esta nueva era, lo convencional y lo innovador definen al hombre Ferragamo, uno que no espera que lo descubran, sino que ya se ha encontrado a sí mismo