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¿Oppenheimer es la mejor película de Christopher Nolan?

Un director que ha hecho historia en Hollywood con historias de ciencia ficción, de guerra y superhéroes, ¿acaba de realizar su mejor película a la fecha?
vie 21 julio 2023 05:45 PM
Reseña de Oppenheimer, la nueva película de Nolan.
Es protagonizada por Cillian Murphy

A estas alturas Christopher Nolan ya está consagrado como uno de los directores más importantes e influyentes de Hollywood en el siglo XXI. Sus filmes son obras que demandan atención e inteligencia del espectador, y se han convertido en referentes de la cultura pop.

Tras la controvertida Tenet (que tuvo la mala suerte de estrenarse en pandemia) ahora nos trae Oppenheimer, una adaptación cinematográfica de la vida de J. Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica.

¿Es posible que esta sea la mejor película en el catálogo del director que realizó Inception, Interstellar, Dunkerque y la trilogía The Dark Knight?

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¿De qué trata Oppenheimer?

Es un thriller político y científico, que usa la vida e ideas del físico J. Robert Oppenheimer (Cillian Murphy), así como de otros científicos contemporáneos suyos, como Niels Bohr y Albert Einstein; asimismo explora un punto clave en la carrera de Lewis Strauss (Robert Downey Jr.), una figura política cercana a Oppenheimer, que pretende ascender a una nueva posición en el gobierno de Estados Unidos.

A través de estos personajes y con una narrativa en distintos tiempos, el filme plantea dilemas éticos y cuenta una historia arcana que empezó con la Segunda Guerra Mundial, pero que se extiende durante décadas.

La historia, como nos acostumbra Nolan, se cuenta en distintos tiempos: Fusión y Fisión. El primero se centra en la vida personal de Oppenheimer, el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la carrera por elaborar un arma devastadora que aproveche los descubrimientos científicos de la época.

El segundo tiempo se centra en “juicios que no son juicios”, aunque lo parezcan, los cuales ocurrieron varios años tras los ataques en Hiroshima y Nagasaki. En ellos se pretende resolver qué tipo de persona fue Oppenheimer, y cómo los recordará la historia a él y los hombres que trabajaron con él.

En ciertos momentos se siente como una secuela o sucesora de Dunkerque. Por un lado, ocurre en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, y por otro, Nolan nos relata un momento que cambió a la humanidad para siempre, pero nos lo cuenta no en orden cronológico, sino en orden semántico.

Cillian Murphy entrega la actuación de su vida, como un genio ególatra, egoísta, megalómano y obsesionado con el poder, pero no por ello sin dilemas morales y problemas íntimos. Años y años trabajando con Christopher Nolan rindieron enormes frutos para actor y director, y uno puede imaginar con facilidad a Murphy recogiendo su estatuilla a Mejor Actor en la próxima entrega de premios Oscar.

No es para menos también el trabajo que hace Robert Downey Jr., otro personaje egoísta, manipulador, guiado por poder y resentimiento. Para quienes habían olvidado que Downey Jr. es un tremendo actor, esta película es evidencia de que siempre lo fue, y que Iron Man no se lo comió.

No quiero omitir que Nolan continúa con un pecado: no sabe escribir personajes femeninos salvo para torturar a sus protagonistas masculinos. En Oppenheimer más que nunca eso se hace evidente.

Claro, las personas clave del Proyecto Manhattan, los científicos, militares y políticos que lo desarrollaron, fueron hombres, y eso se respeta, pero ya es decisión del director y escritor cómo presentar a los únicos personajes femeninos en la historia, y nuevamente tropieza con esa piedra, porque al parecer según Nolan, las mujeres solo existen para atormentar a los héroes.

¿Es complicado entender la trama?

Esta película es una adaptación del libro “American Prometheus”, que compara la vida y obra de Oppenheimer con el mito de Prometeo, quien trajo el fuego a la humanidad y por ello fue torturado por los dioses durante toda la eternidad.

Como siempre, Nolan hace de sus películas un rompecabezas: nos entrega todas las piezas, poco a poco, a veces sin darnos cuenta, y es responsabilidad de cada espectador armar el rompecabezas en su cabeza.

En esta ocasión sorprende la velocidad de la edición, el ritmo que toma la película en sus primeras dos horas (dura tres en total, tómalo en cuenta si bebes mucho refresco).

Casi no hay pausas, los diálogos caen uno tras otro, como si los personajes apenas respiraran, y Nolan salta de escena en escena, de locación en locación, sin perder un segundo. No es porque tenga prisa para llegar a ESA escena que todo el mundo quiere ver, sino porque de verdad a la película le favorece mantener una aceleración alta para mantener la atención del público, y establecer los enigmas como deben ser.

Quienes conozcan la vida de Oppenheimer y estén muy familiarizados con el contexto político y científico de los años 40 en Estados Unidos, seguro tendrán una gran facilidad para armar el rompecabezas.

No obstante, para apreciar este filme no es necesario saber quiénes son estas figuras históricas y por qué sus nombres aparecen en libros de texto. Al contrario, puede ser una ventaja si uno quiere sorprenderse con eventos que ocurrieron hace 80 años.

Si disfrutaste Dunkerque, Interestelar o Memento, no tendrás mayor dificultad con Oppenheimer.

¿Tengo que verla en IMAX?

Sí. De preferencia, sí. Yo vi la película en un formato digital común, en una sala de cine ordinaria. Aún así quedé impactado por el espectáculo visual y sonoro, y no me cabe duda que la verdadera experiencia se encuentra en IMAX.

Christopher Nolan favorece este formato. Piensa sus películas con esta tecnología. Así lo ha hecho desde hace varios años, y exige a su audiencia que busquen salas aptas para ello. Eso último tal vez eso sea más cierto ahora que nunca, porque el señor decidió realizar explosiones reales y filmarlas para su película. Él mismo confirmó que no hay uso de CGI en todo el filme, que las explosiones son reales, pero NO usó ninguna bomba atómica.

Esta vez Nolan no trabajó con Hans Zimmer. En su lugar repitió a Ludwig Göransson, con quien ya había trabajado en Tenet. La música que Göransson compuso para esta historia de complots y explosiones, junto con el diseño de sonido, son dignos de aparecer en tus pesadillas más profundas. Escuchas la banda sonora y verdad se siente que el mundo está acabando.

Si no tienes a tu alcance una sala IMAX, tampoco es el fin del mundo, pero si de verdad quieren sentir que la sala se incendia, procura que sea en IMAX.

Conclusiones

Oppenheimer es un thriller majestuoso, un espectáculo visual y sonoro que debe verse sí o sí en cines, y una de las obras cinematográficas más impactantes en años recientes.

Aún no sé si es la mejor película de Christopher Nolan, todavía no me atrevo a hacer tal afirmación o desmentirla, pero sé que la gente hablará durante años de este trabajo como ha ocurrido con sus filmes anteriores.

Hay que verla cinco veces, y al menos una de esas, debe ser en IMAX.

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