Ataques a la familia real
La aparición sorpresa del príncipe en Londres tiene lugar poco más de un mes antes de la ceremonia de coronación de su padre, el 6 de mayo.
Él y Meghan, que siguen siendo duques de Sussex aunque desde 2020 no pueden utilizar sus títulos de altezas reales ni representar oficialmente a la monarquía británica, fueron invitados a la ceremonia.
Esta se celebrará con gran pompa en la Abadía de Westminster, en el centro de Londres, en presencia de decenas de jefes de Estado y gobierno y de representantes de monarquías de todo el mundo.
Sin embargo, aún no se confirmado la presencia de la controvertida pareja.
La última vez que se les vio públicamente en el Reino Unido fue en el funeral de la abuela de Enrique, la reina Isabel II, el pasado septiembre.
Su eventual regreso al país ha sido objeto de muchas especulaciones en los últimos meses, tras los virulentos ataques que lanzaron contra la familia real.
En diciembre, Netflix emitió un documental de seis capítulos titulado "Harry & Meghan" en que estos saldaban cuentas con los medios de comunicación británicos y con miembros de la realeza, especialmente Guillermo, hermano mayor de Enrique y heredero al trono de 40 años, a cuyo equipo de prensa acusaron de haber girado a la opinión pública en su contra.
Después, en enero, Enrique publicó un polémico libro de memorias que, bajo el título de "En la sombra", relataba sórdidos detalles de su vida en el seno de la familia real británica y de sus malas relaciones con su padre y su hermano.
Según la prensa británica, el príncipe no prevé encontrarse con ninguno de los dos en los próximos días.
Traumatizado desde la adolescencia por la muerte de su madre, la princesa Diana, en un accidente de tráfico en París en 1997 cuando era perseguida por los paparazzi, Enrique argulló la insoportable presión de la prensa sensacionalista para dejar la monarquía.
Afirmando que Meghan, que es mestiza, había sido objeto de ataques racistas y amenazas de muerte en las redes sociales, afirmó que no quería ver repetirse la historia de su madre.
La pareja, que tiene dos hijos, Archie, de 3 años, y Lilibet, de 1 año, emprendió varias demandas judiciales contra tabloides británicos a los que acusan de haber violado su derecho a la intimidad.