El fin del amor muestra en primer plano a "Tamara" (Lali Espósito), es una mujer joven nacida que creció en el seno de la comunidad judía ortodoxa de Buenos Aires que tras confrontar de forma súbita su educación y cultura, decide abandonar a su novio para rebelarse y enfrentarse con el concepto tradicional del romance, tal como lo hizo previamente con su vida religiosa. Esto le provoca buscar algo nuevo, el desear descubrirse y experimentar otras formas, con otros ideales, o con la ausencia de todos estos.
"Esta historia no es que sea para mujeres, es una historia que protagoniza una mujer, no es que se haya creado el género de 'series para varones'", reflexiona Halvorsen. "Esta historia es muy trans, en el sentido que no es drama o comedia, va más allá del binarismo blanco y negro, porque la vida es así y el momento que narramos se plantea así tomando lo mejor de los géneros", apunta la guionista.
Esta historia no es que sea para mujeres, es una historia que protagoniza una mujer
Tamara es un personaje que presenta muchas facetas que provocan en su crisis de los 30 y en sus decisiones se retrata lo complejo de este periodo en un país como Argentina, que se replica en muchas naciones más allá de la Américas.
"De pronto cuando ves que ella escribe una columna, trabaja en una radio y además tiene una vida, tiene cinco trabajos para poder sobrellevar la vida. En su problemática expone lo duro que es acceder a una vivienda para un persona de 30 años, independiente a que sea exitosa en el sentido de impacto mediático de su trabajo, que pueda pagar sus gastos diarios y además salir por la noche a divertirse, esta suma representa un retrato de Argentina y supongo que en Latinoamérica también", apunta Halvorsen.
El feminismo a la mesa
La intención de Erika Halvorsen de llevar a cabo esta serie obedece en gran medida en abrir la conversación y que esta producción. Esta historia no solo le habla a la "gente del nicho" que puede identificarse con una mujer feminista, escritora, filosofa y relacionada con las cuestiones de género, por lo que el "incomodar" fue una cosa que sabían que podría estar latente entre discursos del feminismo que puede ser muy variable.
"El feminismo no se nos debe volver un corsé. Cuando es una historia de mujeres la lupa feminista está encima de cada detalle, y la verdad es que cuando busco voces con perspectiva de género es para escribir con más libertad y no con más censura", apunta la dramaturga.
El feminismo no se nos debe volver un corsé
Durante la filmación de esta serie las movilizaciones de mujeres estaban muy presentes en Argentina, puesto que aún no se había legislado en cuanto al derecho a elegir mismo que se aprobó el 30 de diciembre de 2020, por lo que esto ha generado opiniones preliminares de este movimento.
Hasta ahora su aceptación en los círculos con participación feminista activa ha sido positiva, según refiere la showrunner. "Para algunas personas que tienen una interpretación negativa del activismo de las mujeres al ver la serie descubrieron que la serie expone posturas y ofrece esa versatilidad para otras audiencias, porque los personajes se vuelven entrañables", recuerda Piasek.
"En la historia el personaje principal tiene un vinculo con un machirulo tóxico insoportable, que termina siendo cancelado, y nos guste más o menos eso te podría pasar. Por esa razón buscamos que haya esas situaciones incomodas que les podría llegar a algunas facciones más ortodoxas del feminismo, ante todo la libertad de la ficción", comenta Halvorsen.