La postura de la Federación nacional fue negar las acusaciones y mantenerse herméticos, lo que resultó insostenible.
A solo dos años de albergar una Copa del Mundo y recibir a las máximas autoridades de la FIFA, el equipo nacional enfrentaba una sanción sin precedentes.
Las Federaciones de Estados Unidos y Guatemala solicitaron una investigación, cuya resolución fue el veto del Tricolor por dos años de cualquier competencia oficial. En su lugar, los estadounidenses recibieron el cupo para el Mundial Sub-20 de Arabia Saudita 1989.
“Durante dos años, ninguna selección azteca podrá disputar un torneo oficial. Consecuentemente ni estará en Seúl ni tampoco en Italia 1990. Causa: la falsificación de la edad de cuatro jugadores en el Campeonato Juvenil de la CONCACAF ”, decía la nota que informó de la sanción recibida por parte de la FIFA, una vez que el tema se confirmó.
Los seleccionados con los que México hizo trampa eran Aurelio Rivera (capitán, siete años excedido), José Luis Mata Santacruz (cuatro años excedido), Gerardo Jiménez Cantú (dos años excedido) y José de la Fuente Guzmán (dos años excedido).
Al mismo tiempo, 11 elementos del consejo encargado de la Federación Mexicana de Futbol fueron separados de sus cargos.
Muchas dudas y conversaciones se quedaron trabadas con aquella ilusión perdida de Italia 1990 . ¿Se hubiera alcanzado el quinto partido? ¿Quién hubiera sido el mexicano más destacado?
Aquel tropiezo, sumamente mediático y con resultados fatales para la reputación del futbol mexicano en general, marcó también la única falta del cuadro nacional en una Copa del Mundo desde España 1982, cuando el Tricolor no pudo superar el hexagonal de la zona, cediendo el boleto ante El Salvador.