La reina de la ficción
Isabel II siempre fue vista como una persona extremadamente seria, lo que no le impidió participar en todo tipo de proyectos audiovisuales sumamente inusuales para alguien de su envergadura. De hecho, quienes compartieron créditos con ella coinciden en que no sólo era una persona amable, sino profundamente divertida, colaborativa e incluso bromista.
La inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 es una buena prueba de ello. La producción siempre planeó un sketch que mostrara a la soberana, pero nunca contempló su apoyo directo y siempre pensó en una actriz. La sorpresa fue mayor cuando la reina reveló que quería formar parte del proyecto. ¡Incluso pidió una línea a Danny Boyle! Esto porque el coguionista Frank Cottrell-Boyce no le dio diálogos porque no sabía cómo desarrollar al personaje. La monarca incluso se dio tiempo para bromear con Daniel Craig, a quien describió como “el que no sonríe”. ¡Imposible olvidar su espectacular entrada al estadio!
No menos curioso fue el encuentro que la monarca sostuvo con Paddington. Sí, el oso, quien compartió una taza de té y un buen sándwich de jalea con la representante de la corona, esto con motivo de su Jubileo. En comunicado oficial, la casa real aseguró que “su Majestad es bien conocida por su sentido del humor, así que a nadie debería sorprender que decidiera tomar parte en el sketch. Había interés en la filmación y el proceso de animación y la oportunidad de invitar a un oso famoso a tomar el té era demasiado divertida como para dejarla pasar”.
También hay apariciones que han sido menos diplomáticas y que se mofaron de la figura en distintos niveles, con secuencias que fueron de la broma a la irreverencia. Ahí está ¿Y dónde está el policía? con el personaje de Leslie Nielsen empujando accidentalmente a la soberana por un balcón o Austin Powers en Goldmember con el excéntrico espía nombrado caballero. Ni qué decir de su paso por la animación con Minions, donde fue despojada de su cargo por los alocados compinches de Gru y lamentando la pérdida de la corona en un bar. Menos popular fue Corgi: Un perro real que celebró a sus icónicas mascotas.
Apariciones que arrancaron todo tipo de sonrisas. Pero si hay algo que nos dice la historia de la corona es que no todo es diversión.