El impacto económica quizá traería beneficios a mediano plazo para los involucrados, pero de acuerdo con la consultora Brad Finance, los clubes que monten esta competencia podrían perder hasta 2 mil 500 millones de euros en valor de marca: “el cálculo contempla una pérdida de ingresos de mil 100 mde al año para los clubes fundadores, resultado de la caída por facturación de derechos de emisión, ingresos comerciales e ingresos en día de partido, suponiendo que estos equipos no podrían competir en la Champions League ni en sus ligas domésticas”, publicó la agencia EFE en días anteriores.
La directora de la consultora financiera citada, Teresa de Lemus, explicó a EFE que “los clubes fundadores de la Superliga no previenen el riesgo asumido frente a los fans o el riesgo de reputación de las marcas”. Se lanzaron al ruedo como si su fanaticada respaldara el 100% de sus decisiones, factor que podría hacer la diferencia entre un proyecto exitoso y un fracaso cantado, algo que probablemente el futuro nos dejará claro, porque la Superliga fue detenida momentáneamente, no erradicada de las mentes de los dueños y de quienes toman decisiones en los clubes más importantes de Europa.
Nueva Champions en puerta
La respuesta de la UEFA ante la caída de la Superliga funcionó para arropar a los equipos que renunciaron a la Superliga, una especie de reconciliación inmediata que genere un ambiente pacífico.
La nueva UEFA Champions League, que cambiará su formato a partir del 2024 y se mantendrá así hasta el 2027, incluirá 36 equipos, no 32 como hasta ahora. Cada participante jugará y las nuevas cuatro plazas no pertenecerán a las ligas de mayor alcance, como la española, inglesa, italiana o alemana, sino que serán repartidos entre países con ligas más modestas.
No habrá grupos, como hasta ahora conocemos en el formato de la Champions League. Los 36 equipos clasificados jugarán una especie de fase regular. Serán divididos en bombos, de acuerdo a su ranking, y así se clasificarán para jugar dos partidos ante rivales del mismo bombo, tres ante equipos del bombo 2, tres ante equipos del bombo 3 y dos ante conjuntos del último bombo.
Para la fase de eliminación directa (que contempla series a dos partidos) se clasificarán automáticamente a octavos de final los ocho mejores equipos de la tabla general, mientras que del noveno al vigésimo cuarto sitio disputarán un playoff para definir a los otro ocho clasificados. Por su parte, los perdedores de esta fase jugarán la Europa League.
Otra novedad es que, si bien los días martes y miércoles seguirán siendo los elegidos para albergar los juegos de Champions, habrá semanas exclusivas para este torneo que nos traerán juegos los martes, miércoles y jueves, una triple cartelera nada común para este certamen. La final, como de costumbre, se realizará en una sede neutra previamente anunciada.