La verdad no puede ser enunciada. Menos en la música. Por más que un compositor diga que es honesto consigo mismo, que trabaja para sí y con la verdad, las palabras sobran. ¿Dónde está lo verdadero? En la voz, en el rasgueo, en la letra, en la interpretación. Federico García Lorca lo llamaba duende: “no es cuestión de facultad, sino de verdadero estilo vivo; es decir, de sangre, ; es decir, de viejísima cultura, de creación en acto”.
Arath Herce canta con verdad y con duende. Tiene apenas 20 años, pero, por sus letras y temas, pareciera que conoce este mundo y sus sentires desde hace siglos. Tiene frases cortas, concisas, y que sin embargo están cargadas de imágenes y atmósferas. “Escuché a un Dios llorar / gotas que escurren desde el cielo” y “de los charcos, capitán”, canta el veracruzano en su tema “Lluvia”.
El piano y la guitarra los tomó de niño en Balboa, esa calle de Veracruz que da nombre a su primer y próximo disco. La poesía la encontró en los discos de Joaquín Sabina que desentrañaban con su madre. El duende, ese no se sabe, pero ya ha deslumbrado a cancionistas veteranos como Leonel García, El David Aguilar y Alex Ferreira .
Arath Herce parece una alma vieja –incluso viaja en autos antiguos y sus letras nacen en una máquina de escribir–, pero no, Arath Herce es un chico. Uno con verdad y futuro en la música, eso sí.