A la Gran Bruja le faltan varios dedos, algo que personas con discapacidad han conectado con una enfermedad llamada ectrodactilia.
De ahí que personas con discapacidad y asociaciones en defensa de sus derechos hayan criticado a The Witches, puesto que, en su opinión, esta representación de una discapacidad vinculada al personaje más malvado y terrorífico de una historia contribuye a perpetuar la estigmatización de estas enfermedades.
"La diferencia en las extremidades no da miedo. Las diferencias deberían ser celebradas y la discapacidad tiene que ser normalizada", dijo la cuenta oficial en Twitter de los Juegos Paralímpicos.
La nadadora británica Amy Marren, campeona del mundo y medallista en los Juegos Paralímpicos, se mostró "decepcionada" por la caracterización de la Gran Bruja en The Witches y criticó que se utilice "algo que hace diferente a una persona" para una representación "que da miedo".
Las quejas sobre The Witches continuaron en las redes sociales con la etiqueta #NotAWitch, en la que diferentes usuarios compartieron imágenes de personas con discapacidades en brazos o manos.