"Sueño con hacerle otro gol a los ingleses, con la mano derecha esta vez", bromeó en una entrevista con la revista France Football.
Aquel primer gol lo hizo con el puño izquierdo a Inglaterra (2-1). Después le marcó el más espectacular de la historia mundialista. Eran los cuartos de final de México-1986. Días más tarde, en el estadio Azteca alzó la Copa del Mundo y llegó a la cima de su carrera a los 25 años.
El aislamiento para protegerse del virus se lo ordenó días atrás su médico por haber tenido el capitán histórico de la selección albiceleste contacto con un allegado sintomático de coronavirus.
Es casi seguro que se pierde de celebrar el aniversario en su lugar en el mundo: la cancha. Dirigirá por control remoto a su equipo, Gimnasia y Esgrima La Plata, ante Patronato, en el retorno del fútbol local tras ocho meses de parate y pesadilla epidemiológica.
Intimidad maradoniana
El festejo será íntimo. Se habían conocido planes de armar una foto con sus cinco hijos reconocidos más el nieto Benjamín, cuyo padre es Sergio 'Kun' Agüero, pero no hay nada confirmado.
Maradona reside en Brandsen, al sur de la ciudad de Buenos Aires, a solo 10 minutos de Estancia Chica, el polideportivo de Gimnasia.
La casa está rodeada por un parque, cancha de futbol, piscina y asador de carne. Una de sus hijas, Jana, cultiva una huerta orgánica para que su padre pueda comer vegetales sin agrotóxicos.
Su entrenador y el médico le han organizado rutinas de bicicleta fija, aerobismo, guantes, gimnasia y kinesiología, con alimentación balanceada.