Swinton aseguró que sentirá una gran alegría por acudir este año a Venecia a recoger el premio y "celebrar la inmortalidad del cine y su desafiante capacidad de supervivencia frente a todos los desafíos que la evolución pueda imponer" al mundo.
Alberto Barbera destacó de Swinton "su personalidad dominante e incomparable, su versatilidad poco común y su capacidad de pasar del cine artístico más radical a las grandes producciones de Hollywood, sin evitar su inagotable necesidad de dar vida a personajes no clasificables y poco comunes".
"Tilda Swinton se confirma como una estrella del cine contemporáneo por excelencia, que no se conforma con la simplicidad y los dictados de moda, sino que aspira a lo imposible", justificó, al tiempo que recordó cómo ha sido musa de directores como el británico Derek Jarman entre 1985 y 1994, o el italiano Luca Guadagnino, con quien ha hecho cuatro películas.