La crisis existencial es un tema común en la literatura. Sin embargo, nadie lo aborda con la mezcla ideal de desnudez y elegancia con la que lo hizo el autor austrohúngaro Franz Kafka (1833-1924). A lo largo de su obra, desde Contemplación, pasando por la icónica La Metamorfosis, hasta algunos de los escritos inconclusos, Kafka siempre se cuestionó sobre su trabajo, la esperanza en el amor, e incluso el significado y relevancia de la vida misma. Y al leerlo, se vuelve inevitable llegar a los mismos dilemas, haciéndonos conectar con partes incómodas de nosotros mismos.
Su novela La Metamorfosis, en la que un hombre se ve transformado en un insecto gigante (Kafaka dijo que éste jamás debía dibujares, pero aún así, frecuentemente se retrata como una cucaracha o un escarabajo) ha sido una influencia que no sólo marcó la literatura, sino que la rebasó, al grado de que comunmente llamamos "kafkiana" a cualquier situación absurda que rebase toda lógica y que genere cierta paranoia.
El día de hoy, hace 96 años, el escritor murió como consecuencia de una tuberculosis. Hoy lo recordamos con 15 frases de su autoría, que incitan a la autorreflexión.