En la década de 1990, Michael Jordan era la súper estrella del basquetbol por excelencia y, por ende, la imagen que toda marca quería en sus comerciales. El cereal Wheaties, Gatorade, McDonald's, la marca de ropa interior Hanes y, desde luego, Nike, ostentaban el rostro del líder de los Chicago Bulls.
Pero quizá Nike ha sido el patrocinador más importante, no por nada, la silueta del deportista sigue apareciendo hasta nuestros días en diferentes modelos de los codiciados y siempre a la moda Air Jordan. Precisamente, esta marca deportiva, la única que se decidió a patentar en su momento los tenis de Michael, fue la que lo catapultó como una estrella de cine de manera casi accidental gracias a sus comerciales.