Michael Jordan era visto a nivel global como un modelo a seguir, pero dentro de la cancha su equipo sabía que también era Maquiavelo reencarnado en basquetbolista. Para él, su fin (ganar) justificaba todos los medios (aterrorizar a sus colegas de Chicago Bulls). Tras ver el séptimo episodio de la miniserie documental The Last Dance, decir que no era fácil ser compañero de equipo de Jordan es una declaración que se queda corta, un eufemismo. La exigencia y severidad de Michael era tan extrema que vestir la misma camiseta significó para muchos un infierno.
“Mi mentalidad era salir y ganar, cueste lo que cueste”, dice Michael Jordan en “Amor duro”, el séptimo episodio de The Last Dance, que se estrena el próximo domingo (lunes en México) y al que Life and Style ya tuvo acceso. “Si no quieres convivir con esa mentalidad exigente, no tienes que estar cerca de mí. Porque te voy a ridiculizar hasta que estés a mi nivel. Y si no estás al mismo nivel que yo, va a ser un infierno para ti”.