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Jordan apostaba miles con basquetbolistas y centavos con sus guardaespaldas

Spoiler alert. El sexto episodio de The Last Dance se centra en uno de los aspectos más controversiales de Michael Jordan: su pasión por apostar.
sáb 02 mayo 2020 11:20 AM
Getty images

Michael Jordan era tan competitivo que no le importaba apostar uno o miles de dólares contra sus compañeros de equipo... o centavos con sus guardaespaldas; él sólo buscaba la satisfacción de ganar. Este aspecto de su personalidad es en donde pone la mira el sexto episodio de The Last Dance, la serie documental sobre el camino hacia el sexto campeonato de Chicago Bulls.

La nueva entrega ejemplifica que MJ podía ganar una mano de póquer de miles de dólares contras las estrellas mejor pagadas de su equipo y, sin embargo, después acechaba a sus compañeros que apostaban lo mínimo.

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“Michael era competitivo en todo. Ya fuera en el golf o las cartas, en lo que fuera. Toda su vida era una gran competencia”, recuerda Will Perdue, exjugador de Chicago Bulls. “Scottie Pippen, Ron Harper y Michael jugaban en la parte trasera del avión y apostaban mucho dinero, estoy hablando de miles. Mientras que yo, John Paxson y B.J. Armstrong jugábamos blacjack en la parte delantera del avión, apostando sólo un dólar por partida. Él sabía que nunca jugaríamos con él en la parte trasera porque era mucho dinero. Pero él venía al frente y nos preguntaba: ‘¿Puedo jugar?’. Recuerdo que Paxson le preguntó: ¿Por qué diablos quieres jugar con nosotros? Estamos apostando un dólar’. Lo miró y le dijo: ‘Porque quiero poder decir que tengo tu dinero en mi bolsillo’”.

El sexto episodio incluso cuenta con grabaciones en las que Michael apostaba centavos en raya, ese juego en el que gana quien más cercano a la pared coloque la moneda que aventó; sólo que aquí su puntería no era como la del basquetbol y uno de los miembros del equipo de seguridad le ganaba.

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Su fama de apostador lo situó en uno de los pocos linchamientos mediáticos de su carrera. Después de perder un importante partido, MJ fue a los casinos de Atlantic City. Los medios lo reportaron y los fans tomaron esto como una falta de compromiso hacia el equipo.

Por dos semanas se negó a hablar con la prensa al respecto, pero la presión fue tanta que finalmente accedió. “No tengo un problema con las apuestas. Lo disfruto. Es un pasatiempo. Si tuviera un problema estaría apostando mis anillos del los campeonatos, perdería mi casa, mi esposa ya me habría dejado o mis hijos pasarían hambre. No tengo un problema”, dijo Michael a un importante medio deportivo.

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