
Era imperativo, ya que Scottie Pippen le había dado la espalda a Jordan y al resto de su equipo, porque frustrado por ser el jugador más subvalorado salarialmente —era el 122 de la liga en esta escala—, decidió operarse el tobillo durante la temporada para presionar a los directivos a renegociar su contrato e incluso transferirlo, dejando así coja a su escuadra.
Pero Dennis Rodman era un potro salvaje en la cancha. Incluso hasta los árbitros lo confrontaban por su carácter. “Estoy al tanto de las porquerías que haces”, le dijo uno de ellos. La paciencia de Jordan llegó al límite cuando Rodman se hizo expulsar en un partido importante por no controlar sus emociones. “Yo estaba furioso”, revela Jordan en el documental, “porque él se hizo echar y me dejó jugando solo. Denis sabía que la había cagado”.