La voz al teléfono del escritor, guionista y cineasta Guillermo Arriaga suena eufórica. El tono y la rapidez con la que articula lo deja claro. No hace falta verlo para saber que, desde que anunciaron el 24 de enero que su novela Salvar el fuego ganó el Premio Alfaguara, vive un júbilo adolescente. “Es que yo no esperaba ganármelo”, dice Guillermo Arriaga en entrevista a Life and Style.
Hace unas semanas, Arriaga estaba de cacería “en un rancho en medio de la nada” y se despertó a las tres de la madrugada para beber agua. Le costó volver a dormir y jugaba solitario en su teléfono cuando vio en la pantalla un número con el código de España. Era Pilar Reyes, la directora editorial de Random House, quien le comunicó al escritor mexicano Juan Villoro, presidente del jurado del Premio Alfaguara: “Él me echó un hermosísimo rollo que yo no pude escuchar bien porque la señal era pésima”, explica Guillermo Arriaga. “Me paré corriendo para buscar mejor señal y me dijo: ‘Guillermo, ganaste por decisión unánime’. Mi hija se despertó y me abrazó y luego fui y desperté a mi amigo Sergio Avilés y celebramos los tres. Nos pusimos a brincar de emoción, la verdad sí brinqué muchísimo de gusto”.
Salvar el fuego, que será editada en marzo, retrata las contradicciones de México, violento y lleno de contrastes, a través de un romance entre una coreógrafa de clase alta y un hombre que proviene del otro extremo de la clase social. En paralelo con su carrera cinematográfica — como guionista de Amores Perros (2000), 21 Gramos (2003) y Babel y como director de The Burning Plain (2008)— se ha desarrollado como novelista. Debutó con Escuadrón guillotina (1991) y le siguieron Un dulce olor a muerte (1994), El búfalo de la noche (1999) y El Salvaje (2016). Salvar el fuego, su quinta novela, se edita en marzo.