Massive Attack demuestra su legado en Ceremonia GNP
De pronto las luces se apagaron. Justo a la hora anunciada, 11:45 pm, se movieron las primeras sombras, Robert Del Naja y Grant Marshall vestidos de negro, al tiempo que sonaron los primeras notas de Massive Attack en los altavoces.
La suya, junto con la de la cantante española Rosalía que se presentó por primera vez en México, eran los shows más esperados del festival Ceremonia GNP. Y como tal cumplieron.
El beat pesado y lento junto con el sampleo de piano en “Take It There”, así como el ritmo acelerado de "United Snakes" marcaron el inicio del concierto en el escenario principal del festival .
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Cientos de caracteres destellan en color verde en la pantalla central del escenario. '3D' no puede dejar de lado su desdén por el sistema político, la clase gobernante mundial y la tecnología; aporta la mente aguda, la lógica. 'Daddy G' otorga la voz rasposa, profunda y lenta que combina a la perfección pesadez y densidad.
Dicho de otra forma: Del Naja es la mente, el cerebro; Marshall es el sentimiento, el corazón.
La primera colaboración de la noche fue la del cantante jamaicano Horace Andy, quien puso las vocales a “Girl I Love You”, un tema suyo, grabado en 1972. “Future Proof” e “Inertia Creeps”, con sampleos de música india, preparó a los asistentes para “Voodoo In My Blood” con la colaboración de Young Fathers. Enseguida “Way Up Here”, aún con la banda escocesa, para cerrar la primera parte del concierto.
A pesar de lo dicho antes, el conjunto de Bristol no presentó el espectáculo original producido para la gira Mezzanine XXI; México fue la excepción.
Días previos a su presentación en el festival, se dio a conocer que modificarían el show debido a la cancelación de la gira por Estados Unidos, lo que implicaba un mayor costo para el traslado de la producción original del espectáculo de los 20 años del Mezzanine.
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Sin embargo, eso no fue problema para los miles de asistentes a la presentación de Del Naja y Marshall entregaran su voluntad a la hipnótica música y poderosos visuales; se rindieron a la mente y sentimiento del trip-hop.
Suena una grave línea de bajo. Las primeras notas revelan que es “Angel”, con la participación de Horace Andy, cuya voz ya no se escucha como en 1998, cuando salió el álbum Mezzanine. Sin embargo, la voz gastada le otorgó nuevo encanto a esta versión que se encadenó con “Safe From Harm”, con las vocales de Deborah Miller.
Enseguida, “Unfinished Sympathy” tema que a pesar de los 28 años que tiene saca lo mejor de Massive: beats electrónicos y densos mezclados con sampleos de piano y orquestaciones y la voz de Miller aderezada con tonos de gospel que resuena en los altavoces; el lado lógico y el emotivo se fusionan.
Una de las mayores virtudes de la banda es la meticulosidad de la producción de sus presentaciones, que se refleja en un imagen sobria. Músicos vestidos de negro, escenario negro con una pantalla que ocasionalmente deja de bombardear cuestionamientos, iluminación a juego y sin aspavientos, así como un sonido impecable. Para Del Naja, menos es mejor, pero tiene que estar perfecto. Si no lo es, o no están las condiciones ideales para sus conciertos, no duda en cancelar la presentación; así pasó en el Corona Capital de hace 5 años, y hace uno en Madrid, cuando el sonido de otra banda interfería con el de su presentación.
Esto es garantía. El espectáculo que la agrupación da es el mismo que ellos tienen en mente y planearon para hurgar en la nostalgia de la audiencia y cuestionarla.
Pero aún falta. La multitud grita. Elizabeth Fraser, ex vocalista de Cocteau Twins, está en el escenario como se prometió. Suenan los altavoces y un corazón que palpita que se funde con el sampleo del clavecín; se escucha "Teardrop" y la emoción de los asistentes es palpable.
La dulce y delicada voz de Fraser, a la que alguna vez se le señaló como la “voz de Dios”, invade a los asistentes quienes gritan de emoción. Sin embargo nadie se mueve, no pueden: Fraser tiene al público para sí.
Suena “Levels”, del fallecido Avicii y Elizabeth Fraser regresa al escenario para interpretar “Group Four”. El volumen sube, la voz de la escocesa resuena y corta.
Se enciende la luz del escenario y cientos caminan a la salida. Para muchos, este era el concierto de Massive Attack con grandes teloneros, no un festival. Camino al auto, de regreso a casa, una frase aún resuena: “Las conspiraciones son una conspiración para hacerte sentir indefenso”.
A través de la nostalgia, Massive recordó que ahora, como en 1991 cuando salió su primer álbum, lo único que siempre será necesario es cuestionar al sistema pero sobre todo a uno mismo.