Motivos por los que debes ver 'La Sociedad de los Poetas Muertos'
En una estricta escuela preparatoria para adolescentes reconocida por sus antiguas tradiciones, el poco ortodoxo profesor Keating inspira a los alumnos a desafiar la conformidad y vivir apasionadamente. “Sacarle el tuétano a la vida,” les dice. Esta es la premisa en La Sociedad de los Poetas Muertos , un clásico del cine que llega a la cartelera mexicana en una versión teatral con el actor mexicano Alfonso Herrera interpretando a este icónico personaje.
Es el paso de un clásico cinematográfico al lenguaje escénico, un paso que se dio en 2016 cuando el ganador del Premio de la Academia, Tom Schulman adaptó su propio guión para una versión teatral que alzó el telón en el off Broadway con el actor, escritor y comediante Jason Sudeikis al frente del elenco. El director Francisco Franco y la actriz María Renée Prudencio realizaron la adaptación para la versión mexicana, la segunda ocasión que esta historia habita un teatro en todo el mundo. Un tránsito que se percibe desde la butaca como un acierto sorpresivo.
Alfonso Herrera, quien ya logró despegarse de su pasado como estrella pop y protagonista de melodramas televisivos, salta con solvencia histriónica la tranca que puede significar interpretar un personaje con un referente cinematográfico tan emblemático.
Su Keating es menos explosivo y juguetón que el que entregó (e inmortalizó) Robin Williams , sin embargo es entrañable y, a su manera, conserva la esencia de rebeldía dispuesta a desestabilizar el sistema educativo represor a través de la literatura -la poesía de Walt Whitman, particularmente- y la inmensa comprensión para con sus alumnos.
La vitalidad de esta puesta es cortesía del elenco juvenil, el cual exhiben los destellos de lo inesperada que es la adolescencia para un grupo de privilegiados estudiantes para quienes el destino parece estar ya dictado. Mauro Sánchez Navarro y Paco Rueda, ofrecen de las interacciones en escena más interesantes al ser personajes profundamente opuestos en un constante conflicto: el deber y el querer ser.
Para Sebastián Aguirre y Alejandro Puente, interpretar a Neil Perry y Todd Anderson - el dúo emblemático de la cinta- puede representar la oportunidad de consolidarse como jóvenes realidades de la escena nacional, si logran apretar las tuercas adecuadas.
La escenografía es de una elegancia y simpleza precisas. Estructuras clásicas de madera que lo mismo construyen las aulas, los dormitorios o los pasillos de este colegio de rígida arquitectura, tan tiesa como las ideas que tratan de promover entre sus alumnos. Un atractivo ejercicio escenográfico de Adrián Martínez Fausto que cobra vida con las acciones de los propios actores quienes son los responsables de cambiar los cuadros sin perder un segundo el hilo de la trama.
En conjunto, la versión teatral mexicana La Sociedad de los Poetas Muertos, está nutrida por los elementos que distinguen a su director Francisco Franco, tanto en la pantalla como sobre las tablas. El trabajo a base del detalle, la precisión y la sugerencia de los subtemas de la obra: aquellas cosas que no están dichas pero se perciben en sutiles gestos de los personajes. Un nudo que ata todos los hilos de la maquinaria teatral.
