Desde antes de su estreno, el destino de esta película era hacer historia. Y así fue. Es la primera vez que Marvel lanza una cinta con un superhéroe afroamericano.
Esto, por supuesto, no es coincidencia; detrás se encuentra un excelente trabajo por parte de Ryan Coogler (Creed) y un cast cuidadosamente armado con actores de la talla de Lupita Nyong’o y Forest Whitaker.
A pesar de que todo parece ir bien en el reciente reinado de T’ Challa, la aparición de Ulysses Klaue (Andy Serkis) y Erik Killmonger (Michael B. Jordan) tambalean la aparente tranquilidad de Wakanda. Sin dar spoilers, Erik pasa a convertirse en el principal villano que quiere el trono de T’ Challa a toda costa, después de que una fuerte revelación salga a la luz.
Acostumbrados a que las películas de superhéroes no tienen (la mayoría de las veces) una gran profundidad, ésta cinta es un respiro de aire fresco para el
.Un punto clave para que sea efectiva es que Wakanda parece tener vida propia. El diseño de arte, inspirado en varias tribus y países africanos, nos adentra en un universo al que es imposible resistirse y del cada vez descubrimos más y más aspectos.
Así, como un caleidoscopio, la historia de Black Panther llega a tener muchos más matices narrativos que simplemente la lucha por un trono. El
, co-producido por el gran y con la colaboración de artistas como The Weeknd o Travis Scott, es otro gran acierto.
Para ejemplificar lo anterior se pueden citar varias cosas. La igualdad de género, encarnada en el ejército real, formado solo por mujeres a las que llaman Dora Milaje, e incluso, los motivos del villano Killmonger, pueden entenderse poniendo el contexto de la discriminación racial. También, la colonización y la esclavitud juegan un papel importantes en las reflexiones de todos los personajes.
es una cinta redonda que, a diferencia de sus antecesoras, finalmente logra tener una esencia y alma propia.