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¿Liam Gallagher tenía trabajadores para preparar té?

Sólo un Gallagher podría hacer este tipo de confesiones pedantes y egocéntricas que, al final, nos hace amarlos aún más.
vie 15 septiembre 2017 10:23 AM
Liam Gallagher
Liam Gallagher Liam Gallagher fue el rey de los noventa y esta historia lo comprueba... (Foto: Getty Images/Dave Hogan for One Love Manchest)

La década de los noventa tenía nombre y apellido: Liam Gallagher. En ese entonces, y ahora en nuestros recuerdos, Oasis era una de las bandas más representativas con letras sinceras y metafóricas, así como sonidos melancólicos que lograban capturar el sentimiento fatal de una generación ansiosa.

Oasis
Oasis

Sin embargo, las cosas cambiaron paulatinamente cuando la banda se convirtió en un recuerdo que llegó al final con la salida de Noel hace poco menos de una década. Desde ese entonces, Liam se convirtió en ‘otro más’ en el mundo con episodios repentinos y agresivos hacia el público y los medios.

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De este modo, y ahora que Liam es el rey, pero de un mundo lejano, se ve en la necesidad de prepararse el té solo, pues tuvo que prescindir de su séquito especial, compuesto por al menos tres personas, para prepararle sus infusiones. No, no es broma…

Liam Gallagher 1995
Liam Gallagher en Londres en 1995.

El exvocalista explicó durante la grabación en BBC Music Backstage Pass , mientras se preparaba un remedio de vinagre, cúrcuma y miel, cómo hace algunos ayeres sus preparadores de té estaban conformados por “un viejecito que colocaba la tetera, nuestro chico, algún otro pequeño bastardo haciendo otra cosa, y otro pequeño idiota haciendo lo otro”.

Nada es eterno, de eso no hay duda. Gracias a la aparición del mundo digital y las descargas, según él, todo se terminó –explicación dada con el lenguaje de un hijo de irlandeses acostumbrado a la buena vida. “Nadie compra discos en estos días...Y se preguntan por qué no hay estrellas de rock de verdad – porque está es la mierda que nos hacen hacer, malditos”. Por no decir menos…

Quizá tenga razón y lo entendemos, no lo del séquito para el té, sino a Liam y su frustración frente al poco alcance –emocional, no físico, o mejor dicho digital– de los nuevos géneros musicales. ¡Salud, Liam!

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