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¿De dónde provenía la locura de Syd Barrett con Pink Floyd?

Syd Barrett, el mítico cantante de Pink Floyd y adicto al LSD, murió el 7 de julio de 2006 pero dejó un legado de fantástica demencia e ideas nunca antes exploradas por el rock británico.
vie 07 julio 2017 04:52 PM
Syd Barrett
Syd Barrett Historia, anécdotas y mucha, mucha locura antes, durante y después de Pink Floyd (Foto: http://www.sydbarrett.com/)

“Syd tenía un comportamiento bastante predecible para un artista que vivió la era de la psicodelia en Londres, y las consecuencias de los excesos son muy comprensibles", asegura Rob Chapman, biógrafo oficial de Syd Barrett y autor del libro A very Irregular Head.

Fue en 1975, en los estudios Abbey Road, en Londres, cuando Pink Floyd grababa “Shine On You Crazy Diamond” –precisamente la rola que narra la historia colapsada de su antiguo líder– cuando un hombre calvo, regordete y sin cejas irrumpió en el estudio y se sentó, sin mediar palabra, a presenciar la sesión. Roger Waters, Nick Mason y David Gilmour jamás sospecharon que se trataba de Syd Barrett. Suponían que era un fisgón solamente, hasta que alguien advirtió: “es Syd”. “Esa fue la última vez que lo vieron”, asegura el escritor y periodista Chapman.

La última entrevista que Barrett dio en su vida fue a Mick Rock para Rolling Stone, en 1971, Syd confesó: “No creo ser alguien fácil para hablar, tengo una cabeza muy irregular. Y, de todos modos, no soy nada de lo que crees que soy”. Barrett no expresó esto en un estado de caos o delirio, según comentó el propio Rock a Chapman, sino se mostraba con mucha calma, simplemente se autodefinía como “un tipo raro”.

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Roger Keith Barrett (Syd Barrett), el genio inglés que nació en el año 1946 en Cambridge, era un clase mediero que, desde joven, “era un apasionado de la pintura y la música”, dice Chapman y, confiado en sus entrevistas e investigaciones, asegura que la personalidad de Barrett, proclive al desquiciamiento, sólo fue un cuento:

"Creo que en lugar de volverse loco, Barrett sufrió una crisis de confianza, una crisis exacerbada por consumo regular de drogas. Creo que el público fue quien mal interpretó su alienación como una forma de tragedia, un exagerado teatro romántico. Las leyendas que se tejieron alrededor de su vida obedecen al simple hecho de que Barrett no era más que un tipo que buscó escapar de la luz del estrellato que logró en los tres años que estuvo en Pink Floyd, para ser el hombre que él quería ser, y no lo que el mundo esperaba y el resultado: la percepción de un público voyerista que vio la interpretación más extrema de Syd. Simplemente, Syd prefirió el autoexilio”.


La vida de Syd Barrett fue un imán con polos positivo y negativo. Por un lado, su asombro talento que lo llevó a ser el responsable creativo del primer disco de Pink Floyd, The Piper at the Gates of Dawn (1967) y de dos brillantes discos en solitario: The Madcap Laughs y Barrett, ambos editados en 1970.

Sin embargo, su otro polo existencial fue la más grande confusión en su vida, envuelto en historias de locura, esquizofrenia y violencia hacia sus parejas. La locura de Barrett proviene de una simple reseña del disco The Madcap Laughs. “En los años 60, nadie decía que Syd estaba enfermo”, dice Chapman, “El término 'madcap' se refiere a un adjetivo inglés para calificar la excentricidad, pero no la locura. Syd era uno de tantos excéntricos de los años sesenta, pues era un buen momento para ser de esa manera. Cuando salió ese disco, una reseña del Times sobre el The Madcap Laughs menciona: ‘Locura de remate' (Madness of Sick Crackin Up)”. Eso generó todo un mito sobre la supuesta locura de Syd, que empezó en 1973 hasta su retiro definitivo en 1974.

Barrett murió el 7 de julio de 2006 a los 60 años de edad en su casa en Cambridge, Inglaterra.

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