Se sabe que Lakers de Los Ángeles no atraviesan por un buen momento en la NBA, a pesar de tener a LeBron James en sus filas. Y también es conocido que su afición es exigente y con poca paciencia. El desempeño del equipo californiano no fue el esperado en el primer cuarto frente a Toronto Raptors y el resultado fue una humillación colectiva.
Todo el Staples Center comenzó a abuchear a sus jugadores el pasado 4 de noviembre. Solamente en el primer cuarto caían 17-42. LeBron se veía frustrado, golpeado… borrado de la duela y los asistentes al juego no dudaron en reprocharle el bajo rendimiento.
Los siguientes cuartos fueron una triste y lamentable repetición de un espectáculo que no divertía a nadie. Serge Ibaka consiguió su propio récord de puntos (34), gracias a la endeble defensiva local, para que el marcador terminara 107-121.
Fue tan aplastante el desempeño de los canadienses que Luke Walton decidió dejar a LeBron en la banca el último cuarto para cerrar con 18 puntos. En cualquier otra ciudad los espectadores dejarían de ir a la arena, pero no en Los Ángeles , donde veremos que los abucheos se repetirán hasta que el equipo mejore.