El documental que hará que ames a Chivas, aunque los odies
Matías Almeyda asegura que si le das un balón a un niño, cuando lo patea, sonríe. El pequeño no sabe por qué, pero al patearlo sonríe, y eso no se puede explicar. Dice el entrenador, en Chivas, La Película , que el fútbol es un juego.
Almeyda puso las reglas en el equipo rojiblanco y le devolvió la sonrisa a esos niños convertidos en futbolistas profesionales. Carlos Salcido, Jesús "Chapo" Sánchez, Rodolfo Cota, y otros tantos, estaban por perder la partida, por ir al descenso; pero el profe los llevó a la gloria.
En un retrato íntimo desde los vestidores, el documental de Iván López Barba y Rubén R. Bañuelos aborda el tiempo en que la escuadra de Guadalajara pasó de su peor momento en la historia, en 2016, hasta ganar la Copa y Liga de México, apenas un años después. Retrata el tiempo en que todo volvió a ser un juego, pero uno de vida.
"Lo difícil aquí fue elegir los momentos que ayudaran a contar la historia. Queríamos hacer una película del camino, y no de los resultados. Era sobre el proceso en el que estos jugadores, este equipo, se transformaban en no creer a creer en ellos mismos", dice López en la presentación del filme en el 16 Festival Internacional de Morelia .
Aquí no importan los colores ni las banderas, sino el rodar de la pelota y el del día a día. Vale más la hermandad, el coraje y el fútbol . Este cuadro podría verse en blanco y negro porque lo que se enaltece son el alma y la pasión.
Aquí hay sueños cumplidos: los primeros tachones, la firma del club. Aparece el caso, por ejemplo, del seleccionado Carlos Salcido y cómo fue descubierto mientras jugaba sin playera, con zapatos y los pantalones arremangados. Se cuenta, como ejemplo, que su primer sueldo en Chivas fue de 7 mil pesos, el doble de lo que ganaba 'jalándole de lo que fuera'.
También están las frustraciones. El sentirse viejo, el escuchar a comentaristas y seguidores que "ya se debería retirar". Se ven las lesiones, el querer dar un poco más pero verse frustrado por un tirón. El tratar de engañar al 'profe' sobre ese esguince para tener unos minutos en la chancha. Ronda el fantasma del descenso.
"No jueguen al futbol; jueguen a la pelota", dice el 'profe', "porque jugar al fútbol conlleva un interés económico, de sistema. Jueguen a la pelota".
La cabeza aquí se llama Almeyda, pero podría ser Aguirre o hasta Zidane. El filme se llama Chivas, La Película, pero podría llevar un sólo nombre: Hermandad, Familia, Futbol.
Aquí se ven las lecciones que da el comandante como que, apenas puedan, se compren una casa en lugar de un coche, como suelen hacer los novatos. "Venimos de la nada y es feo volver a la nada", les dice.
Y las concentraciones y los autobuses en los que todos juntos cantan. Va Almeyda entonando estrofas muy lejanas a cualquiera de su natal Argentina : "Desde hace un tiempo ya nada es igual / No eres la misma y me tratas mal", canta, a ritmo de banda, el entrenador, y sus jugadores, todos mexicanos, los siguen.
Se ven los vestidores y las tablas con las reglas claras: retraso al entrenamiento, mil pesos; llegar tarde a l cancha, tres mil.
Se ve la afición, el llanto y la risa; el grito de gol ahogado, y el que sí se logró gritar.