Adicional a los retos sociales, se tiene asociado que el costo de la salud mental es elevado para el promedio de los mexicanos. Muchas comunidades rurales y las áreas urbanas marginadas carecen de acceso a profesionales de salud mental capacitados, lo que aumenta la disparidad en la atención.
Aunque las nuevas generaciones tienen mucha menos resistencia a atender estos aspectos de su salud. Se han presentado incrementos en la demanda de servicios de salud mental, México enfrenta una escasez crónica de profesionales de la salud mental, como psicólogos y psiquiatras. Esta falta de personal capacitado dificulta aún más la atención adecuada.
Las condiciones en las que los ciudadanos enfrentaron el aislamiento sanitario por la pandemia de COVID-19 ha exacerbado los problemas de salud mental en México y en el mundo. La limitada convivencia social, el miedo a la enfermedad y las consecuencias económicas han aumentado la ansiedad y la depresión en la población.
Para abordar estos desafíos, México necesita tomar medidas integrales que incluyan la promoción de la conciencia sobre la salud mental, la expansión de la accesibilidad a servicios de calidad, la formación de más profesionales de la salud mental, la implementación de políticas de prevención y el fortalecimiento de la coordinación entre los sectores relevantes.
En el país, 307 mil 592 progesionales de la psicología que ejercen su profesión, de los cuales 69.7 por ciento son mujeres y 30.3 por ciento hombres, de acuerdo con el Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
Datos de autoridades sanitarias revelan que en México, solo buscan atención especializada dos de cada 10 personas que tienen un problema de salud mental y lo hacen en un lapso de entre cuatro y 12 años después de manifestar síntomas.
También es esencial seguir combatiendo el estigma para que las personas se sientan más cómodas buscando ayuda cuando la necesitan. La inversión en salud mental no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que también tiene un impacto positivo en la sociedad en su conjunto, reduciendo el sufrimiento y mejorando la productividad y el bienestar general.