La explicación no ha llegado por ninguna vía oficial. Todo lo contrario, se dio de la manera más casual, con Elon Musk respondiendo a un usuario en la red social. Muchos de los detalles, como ya es costumbre bajo esta nueva administración, siguen en espera de ser confirmados.
La urgencia de Elon Musk
Si Elon Musk ha insistido tanto en la verificación de los usuarios en Twitter es porque considera que la suplantación de identidad ha sido uno de los mayores males en la historia de la red social. Se trata de una usurpación de la identidad que si no tiene carácter de ilegal es por la gran cantidad de huecos que aquejan al internet en general, pero que de cualquier modo contribuye a la mofa, la propagación de desinformación y a generar sensaciones de malestar y odio en un espacio virtual que desde hace tiempo está regido por la toxicidad.
De hecho, el lanzamiento de su primer nuevo sistema de verificación era una de las mayores prioridades del empresario cuando se hizo con la red del ave azul. Sin embargo, el plan debió postergarse por la impensable cantidad de impostores existentes. No sólo de políticos y famosos, sino también de medios y empresas. Muchos de los cuales, además, estaban dotados de la marca azul. El absurdo es tal, que ¡incluso había una cuenta verificada de Jesucristo!
Los individuos pueden tener un pequeño logo secundario que muestre su pertenencia a una organización si esta lo ha verificado
Eso sí, el sudafricano ha enfatizado que la marca azul no es sino una garantía de identidad y para nada implicará distinciones con el resto de los usuarios, ni ascenso de niveles de ningún tipo. Esto tras asegurar en un tuit posterior que “todos los seres humanos individuales verificados tendrán la misma marca azul, ya que el límite de lo que constituye notable es demasiado subjetivo. Los individuos pueden tener un pequeño logo secundario que muestre su pertenencia a una organización si esta lo ha verificado”.
La otra urgencia de Elon Musk
Las preocupaciones de Elon Musk van más allá de la simple identidad. El empresario ha reiterado en numerosas ocasiones que la administración de Twitter estaba plagada de fallos fundamentales que repercutían directamente en lo económico. La verificación era uno de ellos, razón por la cual ha optado por mejorar sus sistemas, lo que implicará un coste mensual de $8 USD mensuales.
El sudafricano confía que esto ayude a limpiar la red social de la toxicidad que tanto le ha caracterizado en los últimos meses. Esto con la esperanza de generar un mayor interés de anunciantes que han optado por separarse de la marca para evitar cualquier relación con un espacio marcado por mensajes de odio, sexismo y racismo.
Según un informe reciente , Twitter ha perdido a la mitad de sus cien principales anunciantes en menos de un mes. Marcas como Chevrolet, Ford y Novartis han hablado abiertamente del rompimiento; otras como American Express, AT&T, Coca-Cola, Citigroup, Chanel, HP, Meta, Nestle o Verizon simplemente han dejado de anunciarse. Una situación que, de continuar así, se tornará insostenible y terminará por condenar una de las redes más populares de todos los tiempos. Y de paso, se convertirá en una gran mancha en el exitoso historial de Elon Musk.
El debate en torno a las cuentas verificadas de Twitter continúa. Quedan muchas dudas por resolver, algunas respuestas llegarán en comunicados oficiales y otras se resolverán con la práctica. Pero la última palabra la tendrán los seguidores, pues son ellos los que eventualmente decidirán si esta comunidad virtual todavía tiene futuro o si ha sido condenada para siempre.