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El ABC del BDSM

Esta práctica sexual ha ganado popularidad y es importante que conozcas los detalles.
dom 24 julio 2022 03:21 PM
BDSM-Sexo
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El BDSM es un término que describe cómo la práctica sexual puede tener un sabor diferente. Esta palabra son siglas que incluyen: Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. Lo importante de esta práctica es el consentimiento mutuo de ambos adultos implicados y con un fin único muy claro: divertirse explorando nuevas sensaciones y límites del placer fuera de lo establecido.

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Para sumergirnos en el mundo del BDSM es muy importante estar conscientes y entender que no todo consiste en la sumisión o prácticas que lleven a lo sado, cada sensación es distinta dependiendo de la disciplina que se practique. Por otra parte, durante una misma experiencia sexual puedes llevar a cabo una o más variantes del BDSM. La comunicación y los límites siempre son tuyos, por lo que es importante tenerlo hablarlo con tu pareja sexual.

Si no has probado el BDSM o piensas que en México no hay espacio para esto JOYclub ofrece un foro para compartir y experimentar los senderos del placer a partir de un juego diferente con mucha comunicación, fantasías y tener un escenario sensual.

Aquí hablaremos de estos puntos para que identifiques como el BDSM puede ser practicado de forma constructiva para ti y tu pareja.

Bondage: juguemos con los sentidos

Este término de la lengua inglesa significa esclavitud o cautiverio. Esta se trata de todas aquellas prácticas eróticas basadas en la inmovilización del cuerpo de la otra persona para tomar el control total o parcial de su placer. Se establece de esta forma una relación de subordinación, en la que el individuo que decide ser subordinado es sometido a los deseos de su pareja. Bajo este preámbulo la excitación se manifiesta a partir de lo inesperado y entran en juego la dominación y el control, encontrándose la parte sumisa a merced del rol dominante.

En el plano sexual el bondage no se refiere a que domine un sexo sobre el otro, sino que al menos uno de ellos sea sometido, entregado o incluso humillado, con la finalidad de provocar la libido. Durante la práctica se recurre a parafernalia en la que las ataduras con sogas, esposas metálicas o el uso de vendas y mordazas, así como cualquier elemento restrictivo que prive alguno de los sentidos del sometido. Es decir, al tener los ojos vendados no solamente pierdes el control de todo lo que pueda estar sucediendo a tu alrededor, sino que además existe ese factor sorpresa de no tener idea de lo que te espera.

Disciplina: nada de romper las reglas o habrá consecuencias

Este código se refiere a todas aquellas prácticas BDSM ligadas a un código de normas, castigos, protocolos de comportamiento o adiestramiento impuestos antes del juego sexual y bajo el consenso de los participantes. El objetivo es generar un ambiente diferente que brinde una dinámica más entretenida para el disfrute mutuo. Es así como cuando vas a jugar un juego de mesa y debes seguir unas reglas estipuladas para ganar. Aunque hay que considerar que alguien haga trampa y puede resultar mucho más sensual si en el entorno erótico todo tiene un costo.

Por ejemplo, imponer una postura específica como castigo a la persona sumisa por desatarse las manos en algún juego previo es una norma perfecta para encender la fogosidad del ambiente. El que asume el rol de sumiso sentirá un gran placer al satisfacer a su "master", mientras que en el papel de amo o ama el impulso sexual se disparará al saber que de alguna forma se está complaciendo al sumiso o sumisa ¡los roles se pueden intercambiar perfectamente, la idea es pasarla bien y disfrutar a partir de la experimentación!

En ningún momento los implicados deben sentirse obligados a satisfacer deseos que estén fuera de los márgenes ya acordados. En todos los casos las prácticas BDSM no autorizan el incumplimiento de un código de reglas en el cual las acciones durante la experiencia no sean sensatas y consensuadas.

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Dominación: toma el control del placer en tus manos

Esta es una de las bases principales del BDSM en donde la persona que toma el rol dominante tiene la potestad de actuar según su voluntad sobre la persona que hace de sumisa. Durante la dominación sexual el estímulo placentero se obtiene al ejercer nuestros antojos por encima del individuo que a nuestra merced. Debemos ser conscientes de que en cualquiera de las disciplinas, tomar el control y asumir el mando implica una amplia responsabilidad hacia la persona que acepta ser dominada.

Sumisión: el placer de obedecer

La dominación, como ocurre en el ADN existen genes dominantes y recesivos, ninguno de ellos deja de ser imprescindible para forjar los rasgos humanos. Algo similar ocurre en la sexualidad, ambos roles son mutuamente dependientes, puesto que uno no puede coexistir sin el otro. La sumisión es voluntaria, por lo que la persona que adopta el rol de sumisa accede a obedecer y satisfacer el deseo de la dominante, dejando que se actúe sobre su cuerpo con base al mutuo respeto establecido.

Sadismo: sin dolor no te hace feliz

Dentro de las prácticas eróticas del BDSM se menciona el rol de una persona “sádica” cuando la misma experimenta satisfacción sexual al provocar dolor, humillación o incomodidad sobre otro individuo que voluntariamente acepta ser sometido a dicha situación. El sadismo representa una práctica que consiste en sentir placer infligiendo sufrimiento físico o mental sobre otra persona. Hay que reconocer que muchas veces cuando nos referimos al dolor físico no debe llegar a ser un dolor extremo. Puede partir de algo tan simple como mordisquear los pezones puede llegar a ser realmente estimulante para ella, así como para él que le arañen la zona de los glúteos. La persona que recibe este trato debe ser quien establezca la intensidad los límites de lo que desea experimentar con ese dolor.

Para el rol de sádico se asume un rol dominante en donde se tendrá el control absoluto del evento. Lo que quiere decir que además de disfrutar viendo cómo el sumiso se emociona al recibir unas nalgadas, cachetadas o azotes, deberá estar pendiente de evitar cualquier accidente. Todo debe haber sido previamente consensuado y si el dolor llega a rebasar el límite del disfrute se termina el juego. Porque una nalgadita nunca está de más.

Masoquismo: el dolor como propulsor de tus sensaciones

El lograr tener placer a partir del dolor es lo que define a una persona como “masoquista”. Sin embargo, cuando este dolor produce sensaciones eróticas al ser causado por un individuo que ha acordado ser parte de esta situación, es lo que se conoce como masoquismo en el BDSM.

Para muchas personas resulta vergonzoso admitir que sienten una excitación sexual por el propio dolor físico o mental al ser humillados o dominados sexualmente. Aunque es esta misma vergüenza el sentimiento que activa el deseo sexual por ser sometido adoptando un papel de sumiso. Es importante entender que cada quien tiene un umbral de dolor diferente que debe ser respetado y reconocido por la pareja. Esto permitirá establecer un acuerdo mutuo y consensuado sobre el nivel de intensidad que se desea llegar a experimentar en la práctica. Seguro habrás escuchado que exista una palabra de seguridad en caso de desear parar el acto.

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