Conectividad o calidad de vida
Cada año surgen nuevos estudios que revelan la cantidad de tiempo que pasamos en nuestros celulares o mejor dicho, en nuestros smartphones. Los números tienden a variar dependiendo de la fuente o el año, pero los resultados siempre son desalentadores. La app RescueTime reveló en 2019 que los usuarios dedican un promedio de tres horas y quince minutos a sus dispositivos móviles; App Annie reveló en 2021 que los estadounidenses pasaban 4.8 horas en sus teléfonos inteligentes, mientras que en países como Brasil, Corea del Sur e Indonesia se sobrepasan las cinco horas; el sitio Reviews.org realizó una encuesta en 2022 con la que descubrió que el 74% de los entrevistados se sienten intranquilos cuando olvidan el teléfono en casa y el 48% experimentan ansiedad cuando la batería baja del 20%.
Datos preocupantes, pero nada nuevos, ya que las tendencias se han mantenido al alza por años y parecen incapaces de detenerse. Aún así, es imposible dejar de pensar que el 2020 marcó un punto crítico para muchos, cuando los distintos confinamientos alrededor del mundo obligaron a una conexión extrema. Ha pasado más de un año y todavía es difícil delimitar el tiempo que la gente dedicó a computadoras y celulares para sobrellevar su vida personal y profesional desde casa.
Prácticas que desembocaron en la fatiga de Zoom que suele referirse a la renuencia por las videoconferencias, pero que bien puede usarse para hablar del desgaste psicológico por el uso desmedido de la pantalla durante el año más crítico de la pandemia. Aunque todavía es pronto para confirmarlo, es probable que esta experiencia hiciera que cada vez más personas buscaran soluciones para alejarse de las pantallas, siendo la vuelta a un celular más básico una buena forma de empezar.
La vuelta al dumbphone apenas empieza y todavía falta mucho para hablar de tendencias y sobre todo de victorias, pero los números más recientes hacen que sea imposible descartar la posibilidad. Porque más que un cambio de equipo, sería un cambio en nuestra forma de vida.