"El suelo marciano es un terreno peligroso, lleno de rocas y grandes dunas", describió a la AFP Pernelle Bernardi, ingeniera del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) encargada del instrumento franco-americano SuperCam, el "ojo" de Perseverance.
En sus primeros días, fue capaz de grabar sonidos y transmitirlos a los habitantes de la Tierra.
"Fue uno de los grandes descubrimientos del año. ¡Nadie había oído hablar a Marte antes!", recuerda Sylvestre Maurice, codirector científico de SuperCam y astrofísico en la Universidad de Toulouse. Maurice también se encarga con científicos estadounidenses del robot Curiosity, que explora el planeta rojo a miles de kilómetros de distancia, en el cráter Gale.
Un nuevo mundo
"Somos drogadictos, estamos descubriendo un nuevo mundo, un poco como los exploradores del siglo XV", explica.
Cada día, revisa con su equipo las últimas informaciones detectadas por el vehículo.
"En doce meses, hemos recogido una cosecha de datos sobre mineralogía, atmósfera y meteorología, y decenas de miles de imágenes", afirma.
La fecha del primer aniversario de su misión coincide además con la del millonésimo disparo de láser en Marte, una tecnología diseñada para leer la composición química de las rocas: unos 885 mil disparos realizados por Curiosity y 125 mil por Perseverance.
Lo parte más difícil es pilotar el vehículo, compartido alternativamente y conjuntamente cada dos semanas entre el Cnes (la agencia espacial francesa) en Toulouse y el Laboratorio Nacional de Los Álamos (LANL) en Estados Unidos.
Cada día, entre 100 y 200 personas dirigen el aparato. "Un equipo querrá conducir, el equipo de la batería dirá 'espera, somos demasiado débiles, necesitamos recargar' (...)", dice el científico.
"Hay frustraciones, pero la mayoría de las veces es consensual... los estadounidenses tienen una verdadera cultura del compromiso", asegura Nicolas Mangold, investigador del CNRS encargado de SuperCam.
Según él, lo más duro de este año fue no poder reunirse físicamente debido a la pandemia. Hasta ahora, Perseverance recorrió cuatro kilómetros, incluyendo un récord de 500 metros el pasado fin de semana.
No hay necesidad de apresurarse: el objetivo de la misión es tomar unas 40 muestras bien elegidas a lo largo de seis años. El objetivo es que otra misión los traiga de regreso a la Tierra en la década de 2030.
"Hay que tener paciencia, Perseverance es como una tortuga, muy inteligente", señala Jim Bell, profesor de astronomía en la Universidad de Arizona, el principal investigador del instrumento Mastcam-Z.