Durante la conversación, habló de mujeres fuertes, de la desigualdad en los países latinoamericanos, de la reciente victoria del izquierdista Gabriel Boric en Chile y de su oficio de escritora.
¿Cómo nace esta novela?
Isabel Allende: Tuve la idea después de que muriera mi madre. Ella murió poco antes de la pandemia [de covid-19] y nació cuando llegó la influenza española a Chile, en 1920. Vivió 98 años, pero yo me imaginé que, si hubiera vivido un poco más, habría nacido en una pandemia y muerto en otra.
"Violeta" transcurre en la época que mi madre vivió, un periodo del siglo XX con guerras, depresiones, las dictaduras en América Latina, las revoluciones. Creé una protagonista que se parece a mi madre en muchas cosas, pero que no es ella y tiene una vida mucho más interesante.
¿En qué se parecía su madre a Violeta?
IA: Mi madre era bella, inteligente, con talentos, independiente y fuerte. Sin embargo, nunca pudo mantenerse sola, y eso fue determinante en su vida. La diferencia entre Violeta y mi madre es que Violeta sí puede mantenerse sola, y eso le da una gran libertad. Mi madre dependió de dos maridos y después de mí.
También tenía, como Violeta, una visión financiera. Habría podido hacer dinero si hubiera tenido algo para invertir, pero nadie le hacía caso.
Chile es un país de muchos prejuicios de clase, más que otros países
P: Violeta y su familia dejan la capital para instalarse en el sur del país, donde viven con gente más humilde que ellos. ¿Era importante mostrar esa diferencia entre clases?
IA: Sí, porque cualquiera que haya vivido en un país de América Latina sabe que hay un sistema de castas, que en algunas partes son muy impermeables. Y Chile es un país de muchos prejuicios de clase, más que otros países, tal vez porque tuvo poca inmigración al principio. Entonces, Violeta, si se hubiera quedado en su clase social, haciendo la vida que le correspondía, nunca habría tenido una visión más amplia del país y de la vida.