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Formas saludables de desahogar tu enojo

Enojarse está bien y es normal. Sin embargo, hay que aprender a desahogarlo.
mar 07 septiembre 2021 06:28 AM

Hace unas semanas publicamos un artículo sobre por qué la gente está enojada todo el tiempo, y nos sorprendió la respuesta que nuestros lectores tuvieron ante ella. Al parecer, el ser un grinch ante la vida no es sólo un malestar de esta generación, sino una frustración generalizada de nuestra generación y de la época en la que estamos viviendo. Y aunque en dicho artículo entendimos el porqué de estas sensaciones y vimos ideas sobre qué hacer al respecto, consideramos que es necesario profundizar en formas de lidiar con este enojo en el día a día, independientemente del trabajo que se tenga que hacer de raíz.

El enojo es una emoción natural del ser humano y no hay que reprimirlo ni autoflagelarnos por sentirlo. Sin embargo, hay que buscar las maneras más saludables de lidiar con él, para no dañar ni a los demás ni a nosotros mismos.

Estas son las mejores cosas que puedes hacer para lidiar con tu enojo sanamente.

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Respira

Quizás esta sea la cosa más odios a que te pueden decir en el calor del momento, pero está científicamente comprobado que cuando estamos alterados hacemos respiraciones más cortas, lo que a su vez afecta nuestros procesos cerebrales y nos mantiene en modo “lucha o huída”. Por eso es importante tomar consciencia de cuando estamos alterados, y respirar profunda y controladamente. Esto permite al cuerpo calmarse.

Expresa tu frustración

Existe un dicho popular que dice que cuando compartes tus problemas, aunque no estés resolviendo nada, te quitas un peso de encima. La buena noticia es que sí funciona. Platicar sobre lo que te enoja con alguna persona de confianza te ayuda a desahogarte y despejar la mente, y por lo tanto, te ayuda a no explotar.

Tómalo con humor

No es que tengas que reírte de tus problemas (eso también sería señal de que hay algo mal contigo), pero encontrar el lado cómico de cualquier situación te hará verla de una manera menos drástica. Piensa en cómo se ve la situación desde afuera; aunque parezca imposible, siempre hay algo que podría hacer reír al espectador. Si dejas de tomarte tan en serio, verás que muchas veces te enojas por tonterías tan absurdas que es gracioso.

Recita un mantra

A veces parecer un miembro del club de señoras de la metafísica tiene sus ventajas. Repetir un mantra que te relaje (tipo “todo va a estar bien” o “calma”), ayuda a mandar una orden de bienestar al cerebro. Además, los sonidos repetitivos ayudan a desviar la mente de sus pensamientos. En realidad, podrías decir lo que quieras para lograr este efecto, pero usar frases positivas te hace, además de calmar, entrar en un estado mental específico.

Sal a caminar

O baila o haz yoga o ve al gimnasio. El movimiento consciente libera tensión en el cuerpo.

Pon las cosas en perspectiva

A veces hacemos mucho drama por muy poco, o peor, por cosas que en realidad no son culpa de nadie más que nuestra. ¿En una semana va a seguir siendo importante lo que te trae de malas? ¿Tu vida jamás volverá a ser la misma después de lo que sucedió? ¿Será que el que está tomando una actitud incorrecta eres tú mismo? Pregúntate esto y reevalúa.

Cambia tu entorno

Si te estresa tu casa, sal a caminar. Si tu oficina te está haciendo explotar, haz lo que puedas para salir temprano. Procura encontrar un lugar que te dé paz.

Obsérvate

Reconoce las cosas que desatan tu furia y haz un plan para lidiar con ellas. Muchas veces nos ponemos de malas por cositas. ¿Alguien subió los zapatos al sillón? ¿La persona de al lado no deja de mascar chicle cual rumiante? ¿Alguien está dijo “en base a” en vez de “con base en”? Aprende a lidiar con ello. Dile amablemente a la persona que en tu casa no suba los zapatos al sillón. Aprende que no puedes controlar el vocabulario de nadie. Si el de al lado te está volviendo loco con su chiclote, cámbiate de lugar o ponte audífonos. No todas las soluciones son perfectas, pero no por eso tienes que resignarte.

Concéntrate en lo bueno

Como dice el dicho, “al menos tenemos salud”. Cada vez que sientas que el mundo está en tu contra, oblígate a pensar en las cosas que están saliendo bien. A veces es fácil dejarnos llevar por nuestro propio drama y pensar que no hay nada que esté saliendo bien en la vida, pero la verdad es que –pensando pesimistamente– las cosas siempre podrían ser peores. Deja de victimizarte y reconoce todo lo bonito que tienes.

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