La educación básica desde la infancia nos ha enseñado una cosa: trata a los demás cómo quieres que te traten a ti. Es decir, sé bueno con los demás. Sin embargo, pocas veces se nos enseña a quedar bien con la persona más importante de nuestras vidas: nosotros mismos. Como consecuencia, nos exigimos más de lo que deberíamos, no nos gustamos y comenzamos a hablarnos horrible y hacernos menos. Y eso lo resentimos y nos afecta en muchos niveles. Cuando menos nos damos cuenta, nos convertimos en nuestros peores enemigos. En años recientes, la cultura digital ha hecho hasta lo imposible por combatir esta situación con una infinidad de movimientos de amor propio y autocompasión. Gracias a ellos, poco a poco estamos aprendiendo a tratarnos con gentileza y a permitirnos equivocarnos, aprender y crecer. Para continuar con esa labor, hicimos una lista de acciones que te ayudarán a ser bueno contigo mismo, pues nunca está de más saber lo mucho que podemos hacer por nosotros mismos.
Cómo ser bueno contigo mismo
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Haz tiempo para ti
En una cultura en la que se nos enseña que primero están los demás y nuestros deberes, es común que no nos demos tiempo para nosotros, para hacer lo que nos guste, o bien, para no hacer absolutamente nada. Esto nos lleva a un inevitable burnout. Es importante apartar al menos unos minutos al día para despejarnos y reconectar con nosotros mismos.
Reconoce tus logros
Somos buenísimos para reconocer los logros de los demás –ya sea genuinamente o con cierta envidia– pero minimizamos todo lo que hacemos nosotros mismos. Eso debe de parar. No es egocentrismo reconocer y celebrar lo que te sale bien. Reconócete y celébrate cada vez que logres algo que te enorgullezca.
Sé tu propio abogado
Todos tenemos una vocecita interior que nos juega por todo y siempre está lista para bajonearnos. Por eso, es importante desarrollar otro tipo de voz interior a la que llamaremos abogado. Esta se encarga de salir a tu defensa con argumentos a tu favor cuando el crítico interior te ridiculiza.
Perdónate
Absolutamente todos nos equivocamos. Es parte de la condición humana. Por eso, perdonarte cada vez que hagas algo que no te enorgullezca, cada vez que falles, cada vez que dejes ir alguna oportunidad, es de los favores más grandes que te puedes hacer a ti mismo. Aprende, prométete hacer las cosas mejor la próxima vez y sigue adelante.
Cuídate
El amor propio empieza con el cuidado propio. Come bien, duerme lo suficiente, haz algo de actividad física y cuida tu apariencia. Te sentirás mucho mejor.
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Respétate
Tú eres la única persona que puede dictar tu valor, así que no te dejes que alguien más lo haga. Confía en ti, piensa por ti mismo, toma en serio las promesas que te haces a ti mismo, aprende a decir no, establece límites y toma tus propias decisiones sin miedo al qué dirán.
Consiéntete
Si realmente quieres algo, cómpralo o ahorra para poder hacerlo. No esperes a que alguien te lo regale. ¿Tuviste un mal día? Consiéntete. Date un masaje, hazte un té, lee tu libro favorito, pon el celular en modo avión, escucha tu música favorita. Apóyate en ti mismo para sentirte mejor.
Reconoce tus cualidades
Quizás no seas el más fit ni el más inteligente, pero tal vez tengas una sonrisa contagiosa, unas pestañotas o un gran sentido del humor. Recuerda con frecuencia tus cualidades, por más bobas que creas que son (porque en realidad no lo son).
Honra tus sueños
La gente que se respeta se toma en serio, y por lo tanto, hace un esfuerzo activo por cumplir sus sueños. Se quiere tanto que no se tomará la molestia de pensar que son fantasías tontas. Al contrario, hará todo un plan para hacer que sucedan.
Trátate como quieres que los demás te traten
Sé tu propio mejor amigo. La mejor forma de hacerlo es tratándote como tratas a la persona que más quieres en este mundo. ¿Cómo le hablas? ¿Cómo la consientes? ¿Cómo le demuestras que es importante en tu vida? ¿Cómo la consuelas cuando está triste? ¿Cómo la apoyas cuando te necesita? Haz lo mismo contigo.