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¿Es tensión sexual o es sólo tu imaginación?

La atracción que te provoca una persona es innegable, pero, ¿será que ella siente lo mismo? Aquí las claves para descubrirlo.
mié 30 junio 2021 06:59 AM

Todos conocemos el sentimiento: volteas a ver a una persona y algo en ti hierve, te atrae, y por medio de miradas y gestos particulares, puedes sentir que el objeto de tu deseo se siente igual. Pero, ¿sí estás notando una correspondencia real, o sólo es tu cerebro contribuyendo a la fantasía?

La tensión sexual ocurre cuando tu cerebro decide que les gusta una persona de manera sexual, incluso si no lo has llevado a un nivel consciente. Para que te des una idea de lo que puedes tardar en darte cuenta, distintas investigaciones han apuntado a que desde el primer momento en que ves a una persona, tu cerebro ya sabe qué tipo de relación quiere con ella.

Los síntomas son fáciles de reconocer: mariposas en es el estómago, ritmo cardiaco acelerado, mariposas en el estómago y una necesidad casi tonta de reír y sonreír. Sin embargo, las cosas se complican cuando empiezas a sentir que la otra persona siente lo mismo. ¿Estás en lo correcto? Estos son los síntomas que la ciencia ha definido para reconocer la tensión sexual entre dos personas. Así que, antes de asumir que hay algo entre una persona y tú, fíjate que estos factores estén presentes.

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La mirada

Hace contacto visual con alguien y luego retirar la mirada es una señal común de coqueteo, y es la mejor manera de establecer una intimidad inmediata. De manera similar actúan las miradas fijas. Después de todo, es difícil dejar de mirar cuando te gusta lo que ves. Si alguien prácticamente te estudia con la mirada, definitivamente hay algo.

La forma de hablar

Cuando una conversación se siente ligeramente incómoda, puede ser señal de que hay un interés especial Después de todo, la incomodidad es natural sólo cuando te preocupas por tener algo interesante que decir, cuando tu cerebro está concentrado en otras cosas. También, siempre existe esta sensación de que hay algo que no se está diciendo, pues hay una necesidad de hacer que las cosas sucedan, pero, típico, nadie hace nada.

El comportamiento alrededor de la otra persona

La tensión sexual hace que te vuelvas exageradamente consciente del contacto físico con la otra persona. Hasta un micro toque se siente como algo fuerte. Y si a esto sumas que –cuando la tensión sexual es mutua– la respuesta a ese micro toque es acercarse más, la conexión se lleva a otro nivel.

En este sentido, también hay otros rasgos más sutiles. Si en una reunión con más gente, por alguna razón siempre acaban casualmente uno junto al otro, la coincidencia puede no ser tan casual. Los abrazos, a la hora de despedirse, por ejemplo, suelen ser más largos que con otras personas, porque, claro, no quieren irse.

Además, hay un cambio en sus tonos de voz cuando hablan. Está comprobado que, cuando alguien te gusta, el tono de tu voz se modifica en automático para sonar más atractivo.

La opinión de la gente

No necesitas ser un genio para notar que hay química entre dos personas. Así que, si la gente habla de lo bien que se ven juntos, definitivamente no es tu imaginación: en esa relación hay algo.

¿Y ahora qué?

Ojo: la tensión sexual no es una invitación a dar el siguiente paso. Quizás no puedes ni quieres, quizás la otra persona tampoco. Si no es tu caso, “sólo fluye”: responde a las señales que recibes con señales igual de obvias, para indicar que tú también sientes interés.

Si a pesar de eso nadie hace nada, toma el extraño pero maduro camino de preguntar si lo que estás leyendo es real. Mucho mejor que intentar algo sin tener consentimiento. Sé claro y honesto, y dale a la persona la oportunidad de decidir. De todas formas, si ellos sienten lo mismo, al sacar esta extraña conversación, les estás dando una oportunidad para actuar… y usualmente funciona. Si no pasa nada, déjalo ir.

Aquí hay otro punto importante: ¿qué pasa si están en una relación? A fin de cuentas, el estar atado a otra persona no hace que tu química sexual con el resto del mundo desaparezca. En ese caso, haz una pausa y reconsidera: cuando el deseo sexual se apodera de los sentidos, podemos tomar decisiones de las que nos arrepentimos después. Intenta mantener cierta distancia en lo que aclaras tu mente. En una de esas, podría ser que algo no esté funcionando en tu relación actual.

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