La mirada
Hace contacto visual con alguien y luego retirar la mirada es una señal común de coqueteo, y es la mejor manera de establecer una intimidad inmediata. De manera similar actúan las miradas fijas. Después de todo, es difícil dejar de mirar cuando te gusta lo que ves. Si alguien prácticamente te estudia con la mirada, definitivamente hay algo.
La forma de hablar
Cuando una conversación se siente ligeramente incómoda, puede ser señal de que hay un interés especial Después de todo, la incomodidad es natural sólo cuando te preocupas por tener algo interesante que decir, cuando tu cerebro está concentrado en otras cosas. También, siempre existe esta sensación de que hay algo que no se está diciendo, pues hay una necesidad de hacer que las cosas sucedan, pero, típico, nadie hace nada.
El comportamiento alrededor de la otra persona
La tensión sexual hace que te vuelvas exageradamente consciente del contacto físico con la otra persona. Hasta un micro toque se siente como algo fuerte. Y si a esto sumas que –cuando la tensión sexual es mutua– la respuesta a ese micro toque es acercarse más, la conexión se lleva a otro nivel.
En este sentido, también hay otros rasgos más sutiles. Si en una reunión con más gente, por alguna razón siempre acaban casualmente uno junto al otro, la coincidencia puede no ser tan casual. Los abrazos, a la hora de despedirse, por ejemplo, suelen ser más largos que con otras personas, porque, claro, no quieren irse.
Además, hay un cambio en sus tonos de voz cuando hablan. Está comprobado que, cuando alguien te gusta, el tono de tu voz se modifica en automático para sonar más atractivo.
La opinión de la gente
No necesitas ser un genio para notar que hay química entre dos personas. Así que, si la gente habla de lo bien que se ven juntos, definitivamente no es tu imaginación: en esa relación hay algo.
¿Y ahora qué?
Ojo: la tensión sexual no es una invitación a dar el siguiente paso. Quizás no puedes ni quieres, quizás la otra persona tampoco. Si no es tu caso, “sólo fluye”: responde a las señales que recibes con señales igual de obvias, para indicar que tú también sientes interés.
Si a pesar de eso nadie hace nada, toma el extraño pero maduro camino de preguntar si lo que estás leyendo es real. Mucho mejor que intentar algo sin tener consentimiento. Sé claro y honesto, y dale a la persona la oportunidad de decidir. De todas formas, si ellos sienten lo mismo, al sacar esta extraña conversación, les estás dando una oportunidad para actuar… y usualmente funciona. Si no pasa nada, déjalo ir.
Aquí hay otro punto importante: ¿qué pasa si están en una relación? A fin de cuentas, el estar atado a otra persona no hace que tu química sexual con el resto del mundo desaparezca. En ese caso, haz una pausa y reconsidera: cuando el deseo sexual se apodera de los sentidos, podemos tomar decisiones de las que nos arrepentimos después. Intenta mantener cierta distancia en lo que aclaras tu mente. En una de esas, podría ser que algo no esté funcionando en tu relación actual.