Todos conocemos a alguien que consume CBD para calmar su ansiedad o tratar algunos trastornos físicos y mentales. Algunos incluso somos esa persona. Sin embargo, a pesar de la divulgación de este suplemento extraído de la planta de cannabis, sigue existiendo mucha desinformación al respecto. Aquí encontrarás todo lo necesario para entender el mundo de los canabinoides, en específico del CBD.
CBD para principiantes
¿Qué es CBD?
El cannabidiol, o CBD, es un compuesto no psicoactivo presente en las flores de cannabis, con grandes propiedades terapéuticas. En los últimos años, la gente ha recurrido a los suplementos con esa sustancia para tratar malestares de una manera que provoque menos efectos secundarios que la medicina farmacéutica, o bien, bajo la seducción por el hype que provoca consumir un producto que antes se consideraba ilegal.
En los últimos años, distintas investigaciones –muchas de ellas patrocinadas por el gobierno de Estados Unidos– han demostrado que el CBD tiene un potencial valioso para tratar distintas enfermedades y trastornos, como la inflamación artritis, Alzheimer, demencia, Parkinson, esclerosis múltiple, epilepsia, diabetes, autismo, déficit de atención e hiperactividad, alcoholismo, estrés postraumático, colitis, arterioesclerosis, acné, dermatitis y psoriasis, e incluso tiene propiedades anticancerígenas.
¿Cómo funciona?
Nuestro cuerpo tiene un sistema de receptores que interactúan con los canabinoides (es decir, compuestos como el THC y CBD), al que llamamos sistema endocanabinóico. El CBD provoca la producción de endocanabinoides en el cuerpo, pero además interactúa con nuestros receptores de dopaminia, serotonina y opioides. Este punto es clave porque, con algo de investigación, podría revolucionar la historia de la medicina psiquiátrica.
Aunque ya se había mencionado anteriormente, vale la pena señalar de nuevo: el CBD no te va a provocar la misma reacción psicoactiva de la marihuana, así que puedes tomarlo con confianza de que no pasarán cosas raras. El aspecto psicoactivo de la marihuana lo proporciona otro canabinoide llamado THC. Y, precisamente, uno de los efectos del CBD es minimizar o neutralizar los efectos de éste.
¿Cáñamo o marihuana?
El CBD está presente en ambas. Sin embargo, hay que aprender a distinguirlas. Aunque las dos plantas vienen de la especi cannabis sativa, son radicalmente distintas. El cáñamo tiene menos de 0.3% de THC en su composición, mientras que la marihuana rebasa esa cantidad. Por eso, el cáñamo ha tenido usos más medicinales –e incluso industriales–, mientras que su contraparte es más recreativa.
Sin embargo, la opción ideal no es tan evidente. El cáñamo podrá ser más rico en CBD, sin embargo, la planta tiene un espectro mucho más limitado de propiedades terapéuticas si lo comparamos con la marihuana.
La dosis correcta
Depende mucho de tus necesidades, así como de tu biología individual, tu vía de administración y los síntomas que queras tratar. Por ejemplo, digamos que tomas una dosis de 600 mg. Sería ideal si lo hicieras para condiciones como epilepsia, pero un desperdicio total si lo tomaras por ansiedad.
Aún hace falta investigación al respecto, pero la regla de oro es la siguiente: comienza con dosis de 5 mg, y de ahí empieza a notar cómo te sientes, y sube poco a poco la dosis, hasta que encuentres tu punto ideal.
¿Cómo tomo CBD?
Actualmente se puede fumar, comer, vaporizar, tragar en aceite... hay un método de CBD para cada tipo de persona, y todo parece indicar que las opciones sólo crecerán. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que no todos los métodos sirven igual. Aquí los más comunes:
Aceite: Es el tipo más común. Lo debes usar de manera sublingual, para una absorción rápida, o mezclar directamente en tus alimentos o bebidas. También podrías encontrar el aceite encapsulado. Sea cual sea tu elección, es ideal para la ansiedad, el estrés y el insomnio.
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Comestibles: Los más comunes son gomitas y chocolates. Tienen un efecto más duradero, y son perfectos para el dolor, la inflamación y el estrés. Aún no es tan común en México, pero también hay versiones líquidas, en refrescos o aguas infusionadas. Sin embargo, son un tema complicado, pues su dosificación no siempre es la que señala el empaque.
Cremas y productos t´opicos: úsalos para hinchazón, dolores de cabeza e inflamación. Si tu producto es a base de agua, se absorberá más rápido que los de base de aceite. Sin embargo, es importante que investigues sobre los daños que causan los vaporizadores a los pulmones antes de convertir a este método en tu opción de cabecera.
Vaporizadores: se usan con cigarros electrónicos. Esta versión actúa rápido, por lo que es ideal si necesitas deshacerte del estrés instantáneamente.
Lee la etiqueta
Este es el punto más importante, ya que un producto o dosis mal elegidos pueden tener impactos grandes en tu experiencia. A la fecha, distintos estudios han mostrado que frecuentemente las etiquetas de los productos muestran datos erróneos. Sin embargo, aquí hay unos detalles que hay que considerar:
Dosis de CBD: Esto es, por mucho, lo más importante. Fíjate en la dosis, tanto del paquete completo, como de cada unidad. El empaque debe mencionar la cantidad de miligramos en ambas medidas.
Dosis por empaque y por porción: Esto quizás sea más útil cuando ya tengas más experiencia y conozcas tu dosis óptima. Así sabrás cuánto te rendirá el producto que piensas comprar.
Fuente del CBD: Si viene de un producto rico en THC, podría causar euforia a partir de cierta dosis. Guíate también de esta manera: si la etiqueta tiene la palabra "isolate", el producto está hecho de casi CBD puro, por lo que no hay otros canabinoides. "Broad spectrum", por su parte, contiene niveles traza de totros canabinoides, pero no THC; "Full spectrum", en cambio, incluye THC en su fórmula. Si lo que planeas comprar no menciona fuente o espectro, o si sólo dice "hemp extract" o "hemp oil", ni lo compres.
¿Quieres algo extra confiable? Fíjate que la etiqueta incluya número de lote. ¿Aún más? Busca que tenga un código QR; éste usualmente lleva a los resultados de las pruebas químicas del producto.
Fecha de elaboración: Obvio, mientras más fresco, mejor.
Ingredientes que evitar: Los comestibles suelen venir con colorantes, saborizantes y glicerina, y las tinturas con aceites y alcohol; es normal. Sin embargo, en el caso específico de los vaporizadores evita que lleven thinner, espesantes, saborizantes, aceites esenciales o vitaminas. ¿Tiene PEG, aceite de MCT o acetato de tocopheryl? Olvídalo. ¿Tiene "ingredientes naturales"? Déjalo ir. Aunque los califiquen como naturales, es posible que no tengan nada que hacer ahí.