Reafirmando su compromiso por compartir las diversas e innovadoras expresiones de la creatividad mexicana, Clase Azul Tequila lanzó una edición especial limitada de la mano de Eduardo Sarabia, un artista cuyo trabajo ha creado un lenguaje personal que explora la frontera entre la artesanía y el arte contemporáneo.
Clase Azul Tequila presenta su colaboración con Eduardo Sarabia
Clase Azul Tequila Edición Limitada x Eduardo Sarabia está integrada por 450 piezas únicas que estarán a la venta únicamente en las boutiques de la casa mexicana de lujo conocida por sus exquisitos destilados y hospitalidad.
El característico estilo lúdico de Sarabia y los elementos iconográficos de su obra –gallos, chivos, pericos, palas y monedas– se han plasmado en la inconfundible licorera de Clase Azul. Todos estos elementos, que forman parte de la estética e historia personales del artista, también son un reflejo de las narrativas musicales y populares de Sinaloa, estado del cual es originaria su familia.
Cómo se gestó la alianza entre Clase Azul Tequila y Eduardo Sarabia
El primer acercamiento de la marca con Eduardo Sarabia se dio hace casi tres años.
“Conocí a Arturo, el fundador de Clase Azul, y después de platicar con él me sentí muy identificado con su filosofía. Después, fui a visitar la fábrica y me gustó mucho el enfoque y el valor que le dan al artesano, el cuidado que tienen con el producto y cómo quieren transmitir las tradiciones de México al mundo”, explicó Sarabia a Life and Style. Otro factor que lo animó a aceptar esta colaboración fue la perspectiva de forjar una colaboración a largo plazo que podrá evolucionar con el tiempo.
La licorera de un litro estará disponible en dos variaciones a un precio de 95,500 pesos.
La primera, Dorado, luce elementos decorativos resaltados en oro de 24 quilates, dándole a su superficie un lustroso esplendor.
La segunda, Color, recrea motivos animales en verde y rojo vívidos, y acentúa otros elementos en oro de 24 quilates, lo que crea un vibrante arreglo de colores junto al icónico azul cobalto de Clase Azul.
“La licorera tiene una forma muy distintiva y una carga de poder por sí misma y el resultado es un reflejo de todas mis conexiones con lo decorativo, lo mexicano, lo tradicional y la artesanía. También en la caja hay símbolos que son imágenes recurrentes en mi trabajo. Mi intención era que desde lejos se supiera que era una colaboración con Eduardo Sarabia”, añade.
Para el tequila joven de esta edición limitada, la maestra destiladora Viridiana Tinoco creó una mezcla única de tequila sin añejar, un añejo madurado en barricas de roble ruso y otro tequila añejo madurado en barricas de jerez amontillado.
Los tres líquidos se mezclan y dan lugar a una creación con aromas de nuez y cáscara de mandarina con tonos herbáceos, así como un paladar que contiene notas de miel de agave, yerbabuena y mandarina madura.
“Uno de los momentos decisivos de mi vida, fue un viaje a Leningrado para estudiar pintura tres meses cuando tenía 13 años. Le conté a Viridiana esta historia y coincidió con que acababa de traer a México unas barricas de roble ruso que no había utilizado. A partir de estas historias se realizó el ensamble de este tequila que, de alguna manera, también es un reflejo de mi personalidad y mi historia”, relata.
¿A dónde podría llevar esta primera colaboración?
“Me gustó mucho iniciar el proyecto de esta manera y confío en que nos llevará a lugares más interesantes en el futuro. Era importante iniciar con una base muy fuerte que tuviera sentido tanto para mí como para Clase Azul, lo cual abre la puerta para, tal vez, lanzar en cinco años otra edición que sea reflejo de una amistad ya añejada”, concluye.