"Por supuesto, cruzamos los dedos", dice a la AFP Chris McCarthy, responsable de turismo de Achill, que no se anda con remilgos: "aceptaremos cualquiera de los nueve premios ¡no somos exigentes!", bromea.
Entre julio y noviembre de 2021, el gran paisaje de acantilados escarpados, turberas y playas de la isla se transformó para el rodaje.

Purteen Harbour, un puerto de pesca en la costa este, se convirtió en la localización donde se construyó una calle portuaria con tiendas al estilo de los años 1920.
Y en lo alto de los acantilados azotados por el viento de la costa suroeste, se construyó de la nada el pub donde transcurre gran parte de esta tragicomedia negra.
Atmósfera del Atlántico
El director de la película, Martin McDonagh, quería que al abrir la puerta los actores "sintieran la atmósfera del Atlántico", asegura McCarthy.
"Es algo que no podían recrear en un estudio", explica desde el mirador, donde el viento lanza las gotas de agua de mar contra los acantilados.
El rodaje impulsó la economía local inyectando 1.7 millones de euros (1.8 millones de euros) en una zona de menos de 3 mil habitantes.
Ahora la isla disfruta la difusión de la película para impulsar el turismo local: cada vez que las imágenes de la cinta o un discurso de entrega de premios se hacen virales en internet, aumentan las reservas.
Mientras bebe una cerveza, Mick Lynch, propietario de Lynott's, un pub de la isla de Achill, afirma que el filme ya está atrayendo visitantes.

Entre los recuerdos que adornan las paredes de su establecimiento está la tijera con la que el violinista Colm, personaje interpretado por Brendan Gleeson, se corta los dedos.
Según Lynch, su pequeña taberna -originalmente una prisión del siglo XVI con muros de piedra seca rematados por un tejado de paja- es la versión en la vida real de la creada para la película.
"Si estas paredes pudieran hablar, qué historias nos contarían", reflexiona, recordando que durante el rodaje, Brendan Gleeson y su compañero de reparto Pat Shortt, frecuentaban este pub.